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Quiénes eran los policías asesinados en Bogotá

Desde tempranas horas de la mañana el CAI Laureles, en donde laboraban estos dos valientes uniformados, se llenó de flores, y anoche se realizó allí una velatón en su honor.

El infame y doloroso homicidio de dos policías en la tarde del domingo, en el barrio Los Olivos, enlutó no solamente a toda una institución, sino que también a toda una comunidad, quien rechazó los terribles sucesos en los que ellos perdieron la vida. Desde tempranas horas de la mañana de ayer el CAI Laureles, en donde laboraban estos dos valientes uniformados, se llenó de flores, y anoche se realizó allí una velatón en su honor.

Las víctimas de este vil crimen fueron el subintendente José Alirio Sánchez Ojeda (35 años), oriundo de Cúcuta, y el patrullero (22 años), Gustavo David Bohórquez Canchila, de Sincelejo.

“Se llevó a cabo un minuto de silencio frente a todas las unidades policiales del país, al igual que una velatón en Bogotá, como un sentido homenaje a la memoria de los policías asesinados, quienes el pasado domingo ofrendaron su vida en cumplimiento del deber cuando perseguían a unos delincuentes que acababan de cometer un hurto en la localidad de Bosa”, informó ayer la Metropolitana de Bogotá.

¿Quiénes eran los héroes asesinados?
El subintendente Sánchez Ojeda llevaba 15 años y 10 meses de carrera en la Policía, obtuvo siete condecoraciones y 41 felicitaciones. Era comandante de patrulla de vigilancia adscrita al CAI Laureles (Bosa), y había trabajado en la Policía Fiscal y Aduanera. Además de estar en la policía de la capital, el uniformado estuvo en la policía de Nariño y Cúcuta.

“Él estaba contento porque el otro año lo iban a ascender a intendente. Este año lo llamaban para el curso y el otro año ya subía su rango”, nos dijo ayer un compañero en medio de su dolor por la pérdida de su gran amigo Sánchez.

Por su parte, el patrullero Gustavo David Bohórquez Canchila tenía tan solo 22 años y hace poco había salido de la escuela con la ilusión de servir a la comunidad. Era integrante de la patrulla de vigilancia del CAI Laureles, y aunque llevaba tan solo un año y 11 meses en la institución ya había recibido 11 felicitaciones por su desempeño.

“Grandes amigos, buenos compañeros, sinceramente nos dejan un vacío muy grande. Uno llevaba 4 años en este CAI y el otro estaba recién salido de escuela”, contaron sus compañeros.

Nuevos detalles…
Antes de las 3 de la tarde del domingo, los policías Sánchez y Bohórquez fueron alertados por un ciudadano que su moto había sido hurtada y se encontraba frente a un local comercial en los límites de Bosa con el municipio de Soacha.

“Estaba atendiendo un cliente, yo pensé que eran los totes que tiran en la noche y la cliente dijo: ‘esas son balas’ y empezó la gritería y la gente decía llamen a la policía, luego fue que empezó a llegar mucha policía y decían que le habían disparado a unos policías”, contó ayer en medio de la tristeza una comerciante, reviviendo el fatal episodio.

Q’hubo conoció que tres sujetos llegaron en dos ciclas y una motocicleta para ocultarse en una ferretería ubicada en el barrio Olivos (Soacha), en la Carrera 24 con Calle 43D, porque habían cometido el hurto a un ciudadano.

A los pocos minutos tras la alerta a los policías, estos héroes ingresaron y fueron recibidos a bala por los delincuentes. En cuestión de minutos, el lugar se llenó de uniformados y ellos se encargaron de ayudar a trasladar a sus compañeros hasta el Cami de Bosa, donde se declaró sus muertes por las múltiples lesiones.

“Es un hecho lamentable que repudiamos desde la Policía. Perdieron la vida dos de nuestros uniformados, asesinados vilmente en la localidad de Bosa, cuando estaban atendiendo un clamor de un ciudadano que había sido víctima de un hurto de motocicleta. Esto genera la reacción inmediata de nuestros uniformados, encuentran la motocicleta, ingresan a un establecimiento comercial donde se encontraban los delincuentes. Una vez ingresan son recibidos con impactos de arma de fuego que les generan la muerte”, dijo el comandante de Policía de Bogotá, general Carlos Triana.

Las autoridades siguen firmes con la recompensa de hasta 200 millones de pesos por quién entregue información que permita dar con el paradero de estos asesinos, que son buscados por cielo y tierra para que paguen por esta infamia.

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