A eso de las 6 de la tarde del miércoles, el estruendoso sonido de un arma de fuego dejó paralizados a los vecinos del barrio Pueblo Nuevo de Fontibón. En ese momento una mujer de 39 años, que caminaba junto a su hijo hasta su vivienda, fue sorprendida por un hombre que caminó hasta ella y a sangre fría desenfundó un arma de fuego y la accionó en su cabeza.
“Cuentan algunos que un hombre se bajó de una moto y se le acercó para dispararle. Luego la intentaron auxiliar y llegó la Policía y se la llevó porque todavía tenía signos vitales”, contó una testigo.
El crimen…
En el lugar donde cayó Yuli Paola Castro Quintero, la víctima, había ayer una planta en su honor, además de la parafina que dejaron las velas que encendieron por su muerte. Q’HUBO pudo conocer que en la tarde de este miércoles, los uniformados del CAI Sabana acudieron a la Diagonal 15A con Carrera 99, porque les habían reportado a una mujer lesionada con arma de fuego.
Al encontrar a un niño de unos 11 años junto a Yuli, que yacía con una grave herida en la cabeza, la trasladaron hasta el Hospital de Fontibón, donde tristemente los galenos declararon su muerte.
Por el momento este crimen se encuentra en investigación, pero Q’HUBO se puso en contacto con los familiares de Yuli, y tras este homicidio se esconde una aterradora historia que, dicen ellos, sería por una confrontación con su expareja debido a temas de plata.
Una de las hermanas de Castro Quintero, Miyined, nos contó que la pesadilla de ella comenzó hace 3 años cuando su pareja en ese momento, A. Molina, consiguió otra mujer y a ella la agredió físicamente. Tras la golpiza, Yuli colocó una denuncia, pero al no tener a dónde irse continuó viviendo con él.
“Él la golpeaba continuamente. Un día la golpeó tan fuerte que tocó recogerla para el hospital, eso fue como a mitad del primer año de la pandemia”, dijo la hermana.
Todo empezó a tomar un rumbo diferente cuando, según cuenta Miyined, su expareja empezó a llevarle un jugo todas las noches. Ella empezó a enfermarse, hasta que un día una amiga le sugirió poner una cámara dentro del lugar donde vivían para ver qué era lo qué él le estaba haciendo.
“Resulta que el tipo la estaba envenenando, no se sabe qué era lo que le revolvía, pero eso hacía que ella no quisiera levantarse de la cama, todo eso está en manos de un abogado. Ella se decidió volver a la Comisaría de Familia y fue cuando lo sacaron de allí y le pusieron una caución, entonces todo empeoró porque él la empezó a amenazar de muerte”, agregó en su relato.
Cuando empezó el tema del divorcio y los bienes que tenía la pareja debían ser repartidos, dice su hermana que este sujeto empezó a lanzarle amenazas de muerte, pues según él ella no tenía derecho a nada.
“Empezó a hacer traspaso de bienes para no darle nada a ella. El niño de ellos incluso empezó a cogerle miedo al ver cómo la golpeaba. Yo le dije a mi hermana que no peleara por nada y que empezara de nuevo porque ella era muy echada pa’ lante. La ira de ese sujeto era porque ella no le quería dar el parqueadero de Fontibón, si él la mató fue por plata”.
Audiencia tras audiencia, Yuli se llenó de valor para pelear por lo que le correspondía por derecho, y la guerra entre los dos se hizo más fuerte. En medio de esto, de acuerdo con Miyined, es que dos hombres empezaron a seguirle sus pasos, lo que le generaba temor a ella y a su familia.
Días antes del crimen…
Hace algunos días la expareja, cuenta su hermana, llegó al parqueadero donde se encontraba Yuli, acompañado de policías, para que ella le entregara la mitad del parqueadero.
“Ella les dijo que no había tenido más audiencias, que no entendía esa decisión y que, además, este sujeto tenía caución.
Los policías le dijeron que no sabía y se armó una pelea en el lugar, por lo que los policías decidieron llevárselos a los dos a la estación. Si no lo hubiesen soltado esa vez mi hermanita estaría viva.
Finalmente, para la familia de la mujer, este hombre cumplió sus amenazas y acabó con la vida de ella.
“El niño (el hijo) dijo primero que había visto a su papá en ese momento y que otro sujeto disparó. Quizás no fue el que le disparó, pero lo más seguro es que fue él que mandó a matarla”.