Con el licor todavía haciendo estragos en su cuerpo, la cabeza revuelta y aún sin entender muy bien lo que había ocurrido durante la madrugada, sobre las 10 de la mañana de ayer se despertó un hombre, caminó hasta la sala y allí encontró a su amigo, el subintendente Luis Eduardo Gómez Rojas (de 32 años), inconsciente y sentado en el sofá.
Intentó despertarlo, pero al tocarlo sintió que el cuerpo estaba tan helado como un témpano de hielo, le tomó el pulso
y no sintió nada; ¡su amigo estaba muerto!
De inmediato, llamó a la Policía y una patrulla llegó al apartamento 511 a los pocos minutos. Allí los uniformados
confirmaron el deceso del Gómez, quien hacía parte del esquema presidencial.
Los hechos perpetradosalrededor de la muerte del subintendente son materia de investigación. Según información
preliminar conocida por Q’HUBO de manera extraoficial, el cuerpo no presentaba signos de violencia; no obstante,
no se descarta que le hayan dado a beber una sustancia extraña que, presuntamente, le habría ocasionado su repentino deceso.
“No tenía heridas y, por ahora, se maneja la hipótesis de un presunto paro cardiorrespiratorio. Sin embargo, estamos
investigando lo ocurrido debido a que el uniformado había llegado en compañía de dos allegados y dos mujeres desconocidas al apartamento sobre la madrugada de ayer.
A los tres hombres les hacían falta algunas de sus pertenencias”, le dijo a Q’HUBO una persona que conoció el caso.
El subintendente no tenía su celular ni su billetera, al igual que su hermano y otro policía que estaba con él. Tampoco aparecieron dos relojes y se presume que las mujeres con las que estuvieron se les llevaron estos objetos.
Misteriosa muerte
Dicen que la noche de este viernes, el subintendente Gómez llegó con otro de sus compañeros a Bogotá desde
Cartagena, en donde habían estado participando en una comisión.
Se reunió con su hermano y los tres decidieron ir a un bar ubicado en la Av. Primero de Mayo con Boyacá. A eso de las 3 de la madrugada de ayer, según los videos de las cámaras de seguridad del conjunto residencial en donde se presentaron los hechos, el subintendente llegó con su hermano y su amigo al apartamento en compañía de dos extrañas.
Lo ocurrido en el interior del apartamento, ubicado en la Calle 57C sur con Carrera 77I (barrio Roma de la localidad
de Kennedy), es un completo misterio. L único que se sabe es que las dos mujeres salieron del conjunto cuando el reloj marcaba las 4 de la madrugada, una hora después de ingresar.
Aunque se desconoce la hora en la que el oficial Luis Eduardo habría perdido la vida, según se pudo establecer, llevaba más de dos horas muerto en el sofá de la sala.
