Los rayos de sol que pegaban en la parte delantera de un furgón blanco calentaban las manos de Leidy Catherine Leguizamón León, quien con toda la fuerza y la valentía que la acompañaban, tenía sus palmas en el panorámico y permanecía de pie delante del vehículo, impidiendo que este avanzara, porque temía que su esposo se llevara a su pequeña hija, quien lloraba sin parar dentro de la cabina del camión.
Con la sangre alicorada producto de los dos días de chupe que había tenido, el sujeto, que fue identificado como Luis Octavio Flórez, pisó el acelerador con su pie derecho y fue soltando el embrague, a tal punto que el carro comenzó avanzar. Sin dejarse conmover por las lágrimas de su hija, que permanecía en la silla del copiloto, se llevó por delante a su esposa, a la mujer con la que había vivido sus últimos cinco años.
Los gritos de la mujer debajo del camión no lo detuvieron, como tampoco los de los testigos del atroz hecho. Avanzó alrededor de cien metros teniendo debajo de las latas a quien decía que era el amor de su vida. Dicen que el conductor sabía lo que estaba haciendo, porque cuando por fin se detuvo, no mostró ni pizca de arrepentimiento, a pesar de que Leidy ya estaba agonizando.
Mientras algunos se limitaron a grabar al responsable de este atroz hecho, varios habitantes y trabajadores llamaron a las autoridades para reportarles lo ocurrido y a los Bomberos, ya que la mujer de 30 años se encontraba atorada en la parte baja del camión en el que trabajaba su infame esposo.
«Escuché ya el alboroto de la gente gritando y el tipo ya se había detenido en la esquina. Cuando me acerqué, el man tenía botellas de licor dentro de la cabina y había una niña pequeña que no paraba de llorar. Debajo del carro estaba la mujer, no la podíamos auxiliar porque estaba en la mitad del carro, debajo. Nos tocó esperar a que llegaran los Bomberos”, relató ayer un trabajador de la zona.
Leidy Catherine fue sacada de las latas por Bomberos, montada a una patrulla de la Policía y llevada a la Clínica Medical Proinfo, pero camino a este centro asistencial su corazón se detuvo para siempre.
Atroz feminicidio
El arma que utilizó Luis Octavio, de 42 años, fue su propio vehículo. El mismo camión de acarreos en el que se sentaba todos los días y recorría las calles de Kennedy para ganarse unos cuantos pesos para sostener a su hija y esposa, su víctima.
El feminicidio, que en un principio pensaron que se había tratado de un accidente de tránsito, se perpetró a las 5 de la tarde de este miércoles en una calle del barrio Alquería La Fragua (en Kennedy), a pocos metros del parqueadero en el que guardaba el automotor.
«La pareja había estado tomando en una tienda de aquí. Dicen que el hombre llevaba ya 24 horas tomando y eso no se podía ni sostener, ¡se le notaba la borrachera! Sostuvieron una discusión y el tipo tomó a la niña, se la llevó al carro alzada y la mujer corrió detrás de él para alcanzarlos. El hombre se subió y ella intentó detenerlos; pero no pudo. Allí es cuando el tipo le pasó el carro por encima”, le contó a Q’HUBO un testigo del hecho.
El terrible asesinato se presentó a la altura de la Transversal 68H con Calle 37B Sur. Leidy Catherin, quien tenía 30 años, dejó de llorar de repente, sus gritos desgarradores se callaron y su pareja prosiguió con su camino.
Entre tanto, la Policía al llegar confirmó lo que estaba pasando, capturó al conductor de 42 años y se lo llevó a la estación de Policía; al mismo tiempo que otro vehículo se llevaba apresurado a la víctima, quien tristemente pasó sus últimos instantes de vida agonizando por los múltiples traumas que le provocó el siniestro.
Ahora una pequeña de 4 años y un niño de 8 años, aproximadamente, lamentan la inesperada partida de su mamita, mientras en su inocente cabecita intentan comprender por qué la mujer que más los amaba los abandonó de repente, y todo por cuenta de un hecho que en la vida olvidaran.
