Segovia se encuentra de luto luego de que se reportara el fallecimiento de un niño en Segovia, al parecer, luego de recibir una descarga eléctrica en medio de una fuerte tormenta. Las autoridades se encuentran investigando los motivos que pudieron haber causado que el pequeño fuera receptor de tal fenómeno natural que le costó la vida y dejó un sin sabor en los corazones de los habitantes de esta comunidad.
El menor, que tenía solo 10 años, recibió el impacto mientras se bañaba, lo cual le generó varias quemaduras en el cuerpo, por eso para recibir atención especializada, se estaba realizando su traslado al Hospital San Vicente Fundación de Medellín, sin embargo, no resistió y murió en el camino.
De acuerdo con lo dicho por las autoridades competentes, la tragedia se produjo en la vereda Rancho Quemado de Segovia, la cual se encuentra bastante distanciada del casco urbano, lo que incidió en que el niño no alcanzara a ser atendido, quitandole la oportunidad de vivir su vida.
“Hasta donde tengo la información no fue por pólvora. Hasta ahora lo estamos tratando de establecer. Algunos me dicen fue por un tema con gas y otros me dicen que por una descarga eléctrica”, mencionó el alcalde Castañeda.
Las posibles razones del peligro de descargas eléctricas
La zona minera de Antioquia se encuentra en una constante batalla contra un enemigo invisible pero letal: los rayos. Según un estudio exhaustivo, el departamento es el lugar más peligroso de Colombia para enfrentar una descarga eléctrica. Año tras año, las tormentas eléctricas cobran vidas, convirtiendo a Antioquia en un escenario de una tragedia que se repite con dolorosa frecuencia.
Las cifras son alarmantes: en menos de dos décadas, más de mil personas perdieron la vida a causa de los rayos en todo el país. Esto significa que, en promedio, cinco familias colombianas lloran la pérdida de un ser querido cada mes debido a este fenómeno natural. En Antioquia, esta realidad se agudiza por las condiciones geográficas y climáticas, que hacen que las tormentas sean más frecuentes y violentas.
La minería, por ejemplo, es una actividad económica fundamental en la región, se ve especialmente afectada. Los trabajadores expuestos a la intemperie, en zonas remotas y durante largas jornadas, son los más vulnerables. Las muertes por rayos no solo son una tragedia personal, sino que también impactan en la economía local, dejando familias sin sustento y empresas con pérdidas irreparables.
Es crucial que como sociedad se tome conciencia de este grave problema y actuemos en consecuencia. Se necesita implementar medidas preventivas efectivas, tanto en el ámbito individual como colectivo. La educación, la señalización en zonas de riesgo y la inversión en sistemas de alerta temprana son algunas de las acciones que pueden marcar la diferencia y salvar vidas.