El terrible asesinato de dos menores de 7 y 4 años, el pasado 28 de octubre, en Bogotá, conmocionó a todo el país y causó repudio contra el presunto homicida, Darwin Felipe Beltrán, padre de los menores.
Los niños fueron golpeados y acuchillados en un apartamento y, como si fuera poco, el asesino los exhibió ya sin vida y ensangrentados desde una ventana del inmueble. Una escena aterradora de la que fueron testigos los vecinos de esta familia y la madre de los pequeños que afuera del apartamento pedía ayuda.
Darwin fue capturado en flagrancia, justo cuando una turba intentaba lincharlo. De acuerdo a los primeros informes, el hombre admitió ante las autoridades su responsabilidad en el crimen, explicando que la causa de su acto fue haber descubierto una infidelidad de la mamá de los niños.
Recibió atención médica y luego fue llevado a una URI donde posiblemente habría recibido asesoría jurídica ya que luego decidió no aceptar su participación en el doble crimen. Pese a eso, un juez lo cobijó con medida de aseguramiento en establecimiento carcelario, el pasado 30 de octubre.
Este caso ha acaparado la atención de los medios, es así como cada detalle se convirtió en noticia y se propagó como pólvora en las redes sociales. Entre dichas informaciones está que Beltrán fue enviado a la cárcel La Tramacúa de Valledupar, donde se encuentran peligrosos y mediáticos delincuentes como Brayan Campo, quien confesó el asesinato de Sofía Delgado, de 12 años, en Candelaria, Valle, a finales del pasado mes de septiembre.
Recluido en una clínica de salud mental
El Universal conoció, de manera extraoficial, que el señalado no se encuentra, desde el pasado lunes 4 de noviembre, en una prisión. En estos momentos está recluido en una clínica de salud mental en Bogotá, donde recibe medicamentos y tratamientos para su aparente condición de trastorno de personalidad.
También se supo que permanece atado de manos y pies en una camilla y que cada 30 minutos lo desatan para que camine por su habitación y haga ejercicio. Tal parece que se ha tornado agresivo con los enfermeros por lo que es vigilado constantemente, además, tiene custodia policial.
Sin embargo, que esté en ese lugar no contrasta con la expuesto por la Fiscalía, días atrás, y que explicaba “la inminente peligrosidad que representa el hombre señalado de causarle la muerte a sus dos hijos y la posibilidad de que se repitan estos episodios de violencia” lo que significó la decisión del juez de enviarlo de inmediato a un centro penitenciario.
Familiares del señalado, de 31 años, contaron a medios de Bogotá que este tenía problemas mentales que en la actualidad trataba, sobre todo de bipolaridad. También informaron que tuvo serios problemas de drogadicción; sin embargo, se tornaba tranquilo y sociable.
Días antes de cometer el filicidio, Beltrán faltó a una cita por psiquiatría ya que con frecuencia se hacía controles. A su vez, la Policía confirmó que tiene antecedentes judiciales por hurto, receptación y violencia intrafamiliar.
La fuente, que reserva su identidad por seguridad, añadió que en ese lugar, el hombre confirmó el asesinato de los pequeños diciendo que “mis hijos están con Dios y no me arrepiento de nada”.