El pasado miércoles, 3 de julio, alrededor de las 6:30 de la tarde, la tranquilidad de la avenida Gran Colombia en Cúcuta se vio interrumpida por una serie de disparos que alarmaron a los transeúntes. En cuestión de minutos, el caos vehicular se apoderó del lugar.
Frente al Palacio de Justicia, en el barrio Popular, quedó tendido el cadáver de José Wilson Rey Medina, un hombre de 57 años, tras recibir cinco disparos.
Los agentes de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) acudieron rápidamente al lugar, activando el ‘Plan Candado’ para localizar al responsable del crimen, quien logró escapar sin dejar rastro. La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargó de la inspección técnica y el levantamiento del cadáver, encontrando seis vainillas de 9 milímetros y el celular de Rey.
Los familiares de la víctima llegaron al lugar, confirmando su identidad entre lágrimas y manifestaciones de dolor, señalando a uno de los presentes como responsable.
Una discusión fatídica
José Wilson Rey Medina era citador del Juzgado Segundo Administrativo de Cúcuta. Ese día salió del Palacio de Justicia y cruzó la avenida hacia una cafetería. Allí, se encontró con un hombre conocido, con quien comenzó a conversar tranquilamente sobre negocios. Sin embargo, la conversación subió de tono y derivó en una acalorada discusión.
Rey Medina ingresó al establecimiento para pedir una soda, pero al sentarse a beberla, el hombre con quien discutía lo siguió y, armado, le disparó repetidamente. Los presentes intentaron socorrerlo, pero ya era muy tarde.
Inicialmente, las autoridades consideraron que el asesinato de Rey Medina podría estar relacionado con su trabajo en la rama judicial. Sin embargo, la llegada de sus familiares sugirió otro motivo.
Una fuente judicial indicó que una deuda millonaria podría haber desencadenado el crimen. Al parecer, Rey Medina había sido tentado con un lucrativo negocio relacionado con una finca con carbón, lo que lo llevó a endeudarse considerablemente. La persona con quien iba a realizar el negocio aparentemente lo estafó, dejándolo con una deuda impagable.
