Reunidos alrededor de la casa donde vivía Jesús Reinaldo Peña González, acompañando a su mamá y hermanas, los amigos de ‘Pitin’, como lo llamaban de cariño, lo despedían al ritmo de la cumbia, la que sería su música favorita.
Entre banderas rojinegras, que representan su amor por el equipo de fútbol Cúcuta Deportivo y con el féretro en la entrada a la vivienda, esperaban para darle el último adiós a Jesús Peña.
Tras luchar durante seis meses en el Hospital Universitario Erasmo Meoz, Peña González no pudo más, y después de entrar a la Unidad de Cuidados Intensivos, el pasado 4 diciembre, una neumonía no le permitió salir con vida.
El ataque
La madrugada del pasado 10 de julio, cuando ‘Pitín’ estaba reunido con unos amigos en Barrio Nuevo, un hombre se acercó y después de cruzar unas palabras, le disparó dos veces en el abdomen.
“Ese día fue el cumpleaños de un familiar, yo le iba a pedir que no saliera, pero él se fue y me dijo ‘ahorita vuelvo’”, contó la mamá de Peña.
En medio de ese momento de pánico, uno de los amigos que acompañaba a Jesús Peña también resultó herido, pero con el tiempo se pudo recuperar.
Sin embargo, el joven de 25 años no tuvo la misma suerte. Después del hecho, fue trasladado al Hospital Universitario Erasmo Meoz.
Según se conoció, quién había atacado al joven aquella madrugada fue capturado por las autoridades tiempo después, pues ya tenía varios antecedentes.
Una lucha incesante
Entre los abrazos y el sentido pésame que recibía la mamá de ‘Pitín’, era imposible contener las lágrimas.
“Mi hijo era humilde y amable. Todos lo querían por su forma de ser y la alegría que siempre demostraba”, exaltó la mujer, mientras vestía una blusa blanca con la foto de Jesús Peña.
Desde pequeño, su cariño por los colores del ‘equipo de sus amores’, se reflejaba en los murales que pintaba, además del acompañamiento que él le hacía al ‘equipo motilón’ en cada partido.
Los seis meses que duró en una habitación del hospital, se convirtieron para la mamá del joven, como una rutina. Ir y volver, acompañar a su hijo y estar al lado de él, a la espera de que algún día pudiera volver a casa. Pero no fue así. Además de las heridas de bala, que habrían alcanzado a sanar, una neumonía se lo llevó y no le dejó cumplir su sueño, construir una casa en el lote que tenía su mamá.
Años atrás, ‘Pitin’ había hecho parte de la Armada de Colombia, donde habría prestado el servicio, por dos años. Pero no había podido continuar por la situación económica que vivía la familia en eses instante.
Tras ello, había buscando la forma de ayudar económicamente a su familia y el último trabajo que estaría desempeñando fue como zapatero.