En la carrera 73 con calle 91 del barrio Villa Carolina, norte de Barranquilla, Rafael Hernán Lindo Vargas recibió el balazo que poco después acabó con su vida.
Esa crimen ocurrió a las 10 :00 p.m. del sábado, 9 de noviembre, cuando el hombre salía de un restaurante con su madre.
En ese instante, según las informaciones preliminares, un sujeto se acercó y con un arma de fuego intimidó a las dos personas para que le entregaran sus pertenencias.
Hay dos hipótesis alrededor de ese disparo que propinó un hombre que se transportaba en taxi: la primera señala que la madre de Lindo Vargas se cayó al suelo mientras la apuntaban con un arma, y cuando su hijo intentó protegerla recibió el impacto fatal. La segunda versión precisa que la víctima se opuso a entregar sus pertenencias y el atracador le respondió con el disparo.
Rafael Hernán cayó al suelo, su homicida huyó rápidamente y la comunidad se acercó ante los gritos de una desesperada madre que clamaba ayuda.
En el Hospital Niño Jesús recibieron al hombre herido, que poco después murió. Los médicos de turno no lograron salvarle la vida ante la gravedad de las heridas.
Recompensa por información
Ese cobarde asesinato causó repudio y rechazo en Barranquilla, así como en La Guajira, de donde era el ingeniero. La comunidad alzó su voz y exigió a las autoridades actuar rápido para capturar al responsable.
La Policía Metropolitana se pronunció poco después para anunciar los 50 millones de pesos que ofrece de recompensa a quien entregue información que permita la ubicación y captura del sujeto que apretó el gatillo.