Hay dolor, confusión y muchos interrogantes en el aire entre los familiares de Johnny Enrique Patiño Altahona, uno de los dos hombres que sicarios asesinaron dentro de un auto particular en el parqueadero externo del centro comercial San Fernando.
Uno de los más adoloridos por esta tragedia es el papá de Johnny, quien con voz entrecortada contó que su hijo tenía 41 años y era cartagenero.
De Patiño Altahona pudo agregar que residía con su compañera sentimental en el barrio El Socorro y que ambos se dedicaban a vender paquetes turísticos en Bocagrande.
De Johnny Enrique Patiño Altahona su padre dijo, además, que estando preso estudió administración de empresas sin ahondar en qué cárcel estuvo recluido y por qué delito.
Sobre el otro hombre que asesinaron junto con Johnny Patiño, su padre manifestó no conocerlo e indicó que tampoco sabe de quién era el auto donde los balearon. Solo precisó que su hijo salió en la noche a hacer una diligencia.
A Johnny Patiño y Julio César Torres Batista los mataron mientras estaban dentro de un carro particular, de placas BTL-015.
El ataque a bala ocurrió a eso de las 9 de la noche del jueves (12 de octubre). Las víctimas dialogaban en el auto, en las afueras del parqueadero, cuando aparecieron los sicarios en moto.
Uno de los sicarios, cuentan testigos, bajó de moto y les disparó a quemarropa y sin mediar palabras a Patiño y Torres Batista.
Este último (Julio César), según la Policía Metropolitana, recibió dos balazos, uno de ellos en la cabeza. Trató de correr al percatarse del inminente ataque y por eso su cuerpo quedó afuera del auto.
A Johnny Patiño también lo impactaron con dos balazos en la cabeza. Murió dentro del vehículo particular. De los sicarios solo se sabe que huyeron en la moto con rumbo desconocido.
Estuvo desaparecido
Aunque sus familiares no han querido pronunciarse sobre este hecho de sangre, de Julio César Torres Batista, de 34 años, se conoció que lo reportaron como desaparecido ante el CTI de la Fiscalía el pasado 3 de agosto.
Ese día, se conoció de un reporte oficial, Torres salió temprano de su casa en el barrio El Pozón, donde vivía con una abuela. Dijo que no demoraría, pero desde entonces no se volvió a comunicar con la adulta mayor ni con otros allegados.
Esa vez describieron a Julio como un hombre de contextura delgada, forma de la cara ovalada, color de piel morena, cabello corto de color negro y liso, ojos negros y nariz recta. Tenía las orejas grandes y medía 1,70 metros.
Como característica particular tenía un tatuaje en el pecho con la frase “Amor de madre”. Tal parece, que en esa ocasión, Julio César pudo volver a su hogar.
