Los cerros del Valle del Cauca desde Jumbo hasta Cali fueron devorados por un incendio que habría sido provocado por “manos criminales” que, en un intento por obtener el control sobre un terreno, ocasionaron un incendio de grandes magnitudes que alcanzó a consumir más de 60 hectáreas de bosque y que dejó una pérdida incalculable de fauna y flora en la región.
Tras 15 horas de luchar contra el fuego y controlar la mayor parte de las llamas, el alcalde de Cali Jorge Iván Ospina aseguró que ese tipo de incendios forestales están siendo generados por “mafias” que pretenden lotear los terrenos para luego venderlos a personas vulnerables con mucha necesidad de obtener un sitio donde vivir.
“Lo que nosotros creemos es que manos criminales con la intención de urbanizar de manera ilegal las laderas de Cali, manos criminales con la intención de hacer daño, también pirómanos, generaron este incendio; les tomó ventaja y avanzó por toda la cordillera. Estamos hablando de unos impactos terribles para ese ecosistema”, aseveró Ospina en diálogo con Blu Radio.
Por esas sospechas, las autoridades lanzaron un megaoperativo para dar con los responsables y ofrecieron hasta 50 millones de pesos por información sobre las personas que iniciaron el fuego. Por ahora, la Alcaldía de Cali descarta que el fuego se haya iniciado de manera natural pues, según el mandatario, “el 95% de este tipo de incendios forestales comienza por la mano del hombre, por pirómanos o criminales”, dijo.
Pero, ¿por qué estas mafias necesitan generar incendios?
Quemar bosques para “lotear”
Resulta que dichos grupos ilegales necesitan acabar con la vegetación de la zona para que quede un terreno liso que ellos puedan dividir y ofrecer “loteado”. Una vez logran tener esa parcela en medianas condiciones, las venden entre 4 y 10 millones de pesos sin ninguna estabilidad jurídica, pues dichas ventas y compras son ilegales.
Así lo detalló el subsecretario de Acceso a Servicios de Justicia de Cali, César Lemos, quien también contó que luego las personas se instalan ahí de manera irregular armando “chozas” improvisadas.
“Para los últimos dos años, el Comité de Control de Invasiones tenía una meta de retirar 2.000 de esos techos instalados de manera ilícita. Actualmente tenemos un resultado de más de 11.500 techos retirados en los casi cuatro años de Gobierno municipal. Hemos casi quintuplicado esa cifra y seguramente serán muchos más”, dijo Lemos.
Esta serie de invasiones en el Valle del Cauca son una constante desde hace unos 10 años en que grupos aliados a paramilitares, guerrillas y delincuencia común vieron en dichos bosques una oportunidad económica para beneficiarse de las comunidades más vulnerables.
Sin embargo, existe la teoría de que los asaltos tuvieron un aumento significativo desde la llegada del presidente Gustavo Petro, pues, según algunos de sus opositores, “su discurso ha empoderado a la gente para que se crea con el derecho a invadir propiedad privada y protegida por el mero hecho de ser pobre”, como dijeron miembros del Centro Democrático el pasado mes de junio tras la crisis de invasiones en varias zonas del país.
Por ahora, lo único claro es que la llama inició en el municipio de Jumbo, ubicado a una media hora del centro de Cali, y se propagó por el norte de la capital vallecaucana hasta la madrugada de este viernes. Tras evaluar la magnitud de las llamas, las autoridades llamaron alrededor de 300 personas entre bomberos e integrantes de las Unidades de Riesgo que se encargaron de sofocar el incendio y ayudar a las personas afectadas.
Pese a que no hubo víctimas mortales, las autoridades sí reportaron una vivienda totalmente destruida por el fuego. “La casa de mi hija fue la que se quemó totalmente, con todas sus pertenencias, quedaron solo con lo que tenían puesto”, lamentó el vallecaucano Julio César Caicedo en diálogo con el diario local.
