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Los correos de las Farc: pruebas de la ayuda venezolana que siempre quisieron negar

El 15 de septiembre de 2003 llegó un mensaje con carácter de urgencia a uno de los computadores del Secretariado de las Farc. El mensaje había salido de territorio venezolano, según dan a entender las palabras allí escritas, y el remitente era Luciano Marín Arango, más conocido como Iván Márquez.

La pequeña misiva de Márquez es parte de un entramado de 2.633 correos encriptados del computador de Raúl Reyes conocidos por EL COLOMBIANO. En este se develan los pormenores de las ayudas que el gobierno de Hugo Chávez le dio a las Farc, las mismas de las que habló hace una semana ante un juez de Estados Unidos el general (r) venezolano, Cliver Alcalá.

En ese mensaje, el entonces comandante del Bloque Caribe de las Farc les comunicó a los jefes su preocupación por que aparte de la ofensiva militar a la que estaba resistiendo, otro enemigo les cercaba los pasos; una enfermedad tropical le había diezmado a sus hombres: “Todo indica que lo que nos está afectando en los últimos días es una epidemia de fiebre amarilla”.

Con el desespero de un comandante afectado por la fiebre, los dolores de cabeza, los dolores musculares, las náuseas seguidas del vómito y el cansancio que deja esta enfermedad endémica de las zonas tropicales de África, América Central y Surámerica, Márquez les hizo saber que la ayuda no caería del cielo, pero estaba a la vuelta de la esquina.

“Hoy deben llegarnos dos remesas de vacunas, una de Caracas y otra de Maracaibo”, dice Márquez, quien concluye que debería considerarse la ayuda del “negro Amín” para que prestara su helicóptero en caso de ser necesaria una evacuación de los enfermos.

Tres días más tarde, el 18 de septiembre, Márquez le escribió nuevamente a Raúl Reyes. En esta ocasión, el jefe guerrillero le dice al entonces segundo comandante de las Farc, que ya no sería necesario lo del helicóptero llevado desde Caracas porque pudieron vacunar a toda la columna que lo acompañaba, además, dice que fueron atacados por dos enfermedades: fiebre amararilla y dengue hemorrágico.

“La cantidad de enfermos ya no es tan alarmante. Hoy estamos desarrollando una jornada de vacunación entre la población con 80 dosis que nos sobraron. Me estaré moviendo en las próximas horas de acuerdo a la recomendación que me hacen. En la zona hay mucho animal muerto, especialmente micos, señal de que hay fiebre amarilla (…)”, le comentó a Márquez.

En estos mensajes, cortos como telegramas, además de hablar de la ayuda que por muchos años brindó Chávez a las Farc, se mencionan los encuentros del grupo guerrillero y el ahora presidente Nicolás Maduro, quien para la época fungía como diputado presto a organizar encuentros entre Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”, y Chávez.

En los correos no solo se habla de auxilios como medicinas, zonas adecuadas para hacer campamentos y polígonos; espacios para dar conferencias o editoriales para las publicaciones de los libros; también se menciona una relación tan estrecha con militares del gobierno de Chávez que, incluso, realizaron patrullajes juntos, como se lo cuenta el ahora desmovilizado y jefe del partido Comunes, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, jefe máximo de las Farc entre 2011 y 2016, a Luis Édgar Devia Silva, alias Raúl Reyes, en un correo enviado el 6 de marzo de 2001.

“Con ellos hace mucho rato, incluso mucho antes de saber que el cojo existía, se vienen haciendo coordinaciones, intercambio de información, operativos donde los nuestros van con arma y uniforme venezolano en territorio venezolano. El jefe del t02 ha montado guerrilleros en helicóptero para hacer reconocimiento. El eslabón para todo esto ha sido el jefe de inteligencia militar del área, con quien se ha establecido una relación bastante estrecha”, dijo en aquella ocasión “Timochenko” a “Reyes”.

A esta ayuda fue la que se refirió hace una semana el general venezolano (r) Cliver Alcalá Cordones, quien frente a un tribunal de Estados Unidos reconoció que el gobierno de Chávez entregó armas a “Iván Márquez” y a “Timochenko”.

En su declaración, explicó también que desde ese país se protegió a guerrilleros colombianos, según se puede leer en la transcripción de la diligencia judicial practicada en Estados Unidos y revelada por el periodista Joshua Goodman.

Un viejo conocido

En los correos conocidos por este diario, el nombre de Cliver Alcalá Cordones se menciona en 17 ocasiones. Alcalá es un general retirado de la FAB que se ganó la confianza de Hugo Chávez cuando este intentó el golpe de estado en Venezuela, en 1992.

La lealtad a Chávez le sirvió a Alcalá para alcanzar posiciones de poder que fueron aprovechadas por la guerrilla para estrechar los vínculos con el gobierno venezolano a cambio de protección y favores.

El primer correo en el que se menciona a Alcalá data del 18 de julio de 2006. Alias “Hernán Ramírez” le manda a Raúl Reyes un informe de cómo está formada la cúpula de la Fuerza Armada Nacional, FAN, (que después sería bautizada por Chavez como Bolivariana, agregando la B y pasando a llamarse FANB), para establecer qué tipo de vínculos crear.

Seis meses después, el 4 de enero de 2007, Iván Márquez envía una misiva al Secretariado en la que les informa que se reunió con Alcalá y con Hugo Carvajal (apodado el Pollo, hoy pendiente de extradición a Estados Unidos), para hablar de temas como el Plan Colombia, el canje, la parapolítica “y tres fundamentales del plan estratégico: finanzas, armas y política de fronteras”.

En la conversación, explica Márquez, se habló de una entrevista personal con Chávez que se realizaría entre el exjefe guerrillero y el presidente venezolano en algún lugar de Maracaibo, mientras se concretaba una entrega de armas.

“Entre tanto van a hacer llegar (la próxima semana) 20 bazucas (no recuerdo el calibre) de gran potencia, según ellos, de las cuales 10 serían para Timo y 10 para acá. Alcalá sugirió que fuera una cantidad mayor”, escribió Márquez.

En el mismo texto, Márquez les sugiere aprovechar la compra de armas de Venezuela a Rusia para incluir unos contenedores con destino a esta guerrilla. “Nuevamente se habló de que Alcalá está próximo a asumir el puerto de Maracaibo, lo que nos daría una gran ventaja para descarga de carga nuestra”, concluyó.

Además de los documentos desencriptados del computador de Raúl Reyes, la Inteligencia Militar colombiana ya le había puesto oído a las conversaciones entre las Farc y los delegados del gobierno venezolano de ese entonces.

En los seguimientos descubrieron que Alcalá no solo había prometido las bazucas de alto calibre, “también supimos que este general les facilitaría la importación y fabricación de sus municiones, el ingreso seguro a Venezuela de cualquier cargamento que luego sería llevado a los campamentos de Farc sin inconvenientes, y lo más grave, les ayudaría a conseguir misiles MANPADS, que son misiles tierra-aire portátiles”, dijo un oficial de Inteligencia Militar (r) a este diario, quien le siguió la pista a estas relaciones por más de cuatro años.

Cuenta el oficial que un mes después de que Márquez enviara el correo al Secretariado, Alcalá y Carvajal (el Pollo), le hicieron llegar al campamento de Márquez en Venezuela, “varios cohetes antitanques de 85 mm, dos tubos y 21 cargas”. Con este acto de “generosidad”, hasta el “Mono Jojoy”, quien era reacio a un encuentro entre las Farc y Chávez porque no estaba convencido de que el presidente quisiera ayudarlos, expresó que las condiciones para una reunión del Secretariado “con los amigos, están dadas”.

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