Un envenenamiento es la principal hipótesis de las autoridades sobre la muerte de Kenia, una perrita antinarcóticos de cinco años, que falleció luego de inspeccionar una carga contaminada con droga.
La canina recibió un funeral con honores de parte de la Dirección Antinarcóticos de la Policía, evento en el cual fue recordada su valerosa trayectoria. Entre sus logros estuvo la detección de 12 toneladas de cocaína en la zona portuaria de Santa Marta, adonde llegó a laborar el 27 de mayo de 2019.
Según un comunicado de la Institución, la muerte de Kenia fue hace 15 días. “Con honores despedimos a Kenia, perrita que ofrendó su vida luchando contra el narcotráfico durante la inspección a una mercancía, la cual estaba contaminada con clorhidrato de cocaína y otras sustancias de alta toxicidad, las cuales habrían ocasionado su deceso”.
El caso se registró cuando el animal y su guía, el patrullero Alejandro Gutiérrez Ramírez, hacían una inspección de rutina en el puerto. La sabuesa olfateó estupefacientes en un cargamento de torta de palmiste, un producto orgánico derivado de la almendra de palma, el cual se utiliza como insumo para fabricar concentrado de animales.
“Una vez terminada su jornada – prosigue el comunicado – se desplazó a las instalaciones de la Compañía Antinarcóticos de Control Portuario de Santa Marta, donde presentó síntomas que evidenciaban una afectación a su salud; se le brindó asistencia médica, pero lastimosamente se daría su deceso. Afectación que también empezó a presentar otro de nuestros caninos que estuvo presente en la misma inspección, pero que por fortuna pudo superar la crisis”.
Por ahora se desconoce cuánta droga había en los insumos, y qué otras sustancias letales estaban presentes. La mercancía, según fuentes policiales, está siendo analizada en un laboratorio de Medicina Legal. “Se están adelantando las investigaciones correspondientes, con el fin de poder determinar la sustancia que habría ocasionado la muerte de Kenia y poder dar con el paradero de los responsables de este lamentable hecho”, acotó la Policía.
También se pretende establecer dentro de las pesquisas si los traficantes impregnaron tóxicos en la mercancía de forma planeada, para afectar a la rastreadora.
La perrita nació en 2018 en un criadero de la Institución ubicado en Facatativá, Cundinamarca, y se graduó del curso para la detección de sustancias narcóticas en la escuela de guías y adiestramiento canino Álvaro Rojas Ahumada.
Su muerte en el cumplimiento del deber se une a otro caso de luto canino: la desaparición de Wilson, el perro rastreador de las Fuerzas Especiales del Ejército que se extravió el pasado 8 de junio en la selva de la Amazonía, cuando participaba en la Operación Esperanza para rescatar a cuatro niños indígenas, sobrevivientes de un accidente de avioneta el 1 de mayo. Los hermanos fueron encontrados después de 40 días, pero el rastro de Wilson se perdió. Esta semana se confirmó que será imposible encontrarlo.
