Un hombre salió de la cárcel y después lo asesinaron junto a su esposa; esta es la historia

Un hombre y una mujer fueron asesinados a tiros en el municipio de Guacarí, Valle del Cauca, mientras se movilizaban en una motocicleta.

Los vecinos del lugar donde ocurrió el doble homicidio alertaron a las autoridades y, además, aseguraron que los impactos de bala habrían sido ocasionados por dos hombres que se transportaban en otra motocicleta.

Las autoridades llegaron al lugar donde yacían los dos cuerpos con varios impactos de bala para el respectivo levantamiento y la identificación de los mismos.

Posteriormente, Jair Montaño, personero del municipio de Guacarí, comunicó: “Nos reportan un doble homicidio en la zona rural de Guacarí. Uno de ellos, un hombre de 50 años que acababa de salir de la cárcel y que tenía el alias de ‘Guriri’. La segunda víctima, una mujer que aún no ha sido identificada. Sabemos que ambos tenían una relación sentimental”.La zona rural del municipio de Guacarí fue el lugar donde ocurrieron los homicidios. | Foto: Bethsabe Castro / Gobernación del Valle

El personero también manifestó que hasta el momento ningún grupo delincuencial de la zona se ha atribuido los hechos, como para sugerir un ajuste de cuentas por circunstancias ocurridas con anterioridad. “Estamos esperando las investigaciones de las autoridades”, concluyó Montaño.

Pero este no fue el único crimen registrado en el municipio ubicando en el centro del departamento del Valle. El Personero también contó que en la zona montañosa de Guacarí un joven fue asesinado, también con arma de fuego.

Ante los dos hechos, procedió a hacerle un llamado a las autoridades para que realicen una mayor presencia en la zona y verifiquen si es un territorio en disputa o con gran constante registro de homicidios para evitar la nueva concurrencia de este tipo de hechos violentos.

En Bogotá, víctimas entraban engañadas y salían en bolsas

En un bar, de aquellos que llaman amanecederos, y a los que llegan ladrones, jíbaros, prostitutas y empleados del mundo de la fiesta nocturna, que al bajar las rejas de los negocios en los que trabajan pasan de atender mesas a prender su propia rumba, se dio una carnicería humana que se desconocía hasta ahora.

Cuatro personas fueron asesinadas con cuchillos y picadas en pedazos. El aterrador crimen tiene a unos autores conocidos por su brutalidad, y no lo ocultan, porque cada crimen atroz se convierte en un mensaje para quien pretenda atravesarse en su propósito de adueñarse del negocio de microtráfico: se trata de la banda criminal el Tren de Aragua.El hombre de la foto, quien tiene el arma en la mano, es alias Mayeya, presunto jefe del Tren de Aragua. Se reía en las audiencias mientras mostraban brutales videos de los descuartizamientos. | Foto: Suministradas a semana A.P.I, Suministradas a semana A.P.I

La masacre ocurrió en el bar La Legión, que diferentes testigos contaron a la Fiscalía, y describieron la escena aterradora: “Vimos cómo los metieron al baño, se escuchaban gritos y golpes secos, después sacaron unas bolsas negras que escurrían sangre”.

Declaraciones estremecedoras, pero no tanto como los videos que grabaron los sádicos hombres del Tren de Aragua, que, como de costumbre, dejaron a una de sus víctimas con vida para que contara la carnicería y pusieron a rodar los videos. Lo que se sabe es que el 4 de septiembre de 2022, cuatro hombres fueron citados en este bar, ubicado en una casucha de Chapinero, en la avenida Caracas, que terminó convertida en varios locales comerciales y que en el segundo piso aloja el amanecedero.

Las víctimas llegaron convencidas de ajustar cuentas con un desertor, pero en realidad los estaban esperando. En el lugar, más de diez integrantes de la organización criminal de origen venezolano, que a sangre y fuego se apoderaron de este bar para convertirlo en su centro de operaciones, tenían lista la masacre.

“Nos dijeron que nos quedáramos, que había algo grande por hacer”, reveló un testigo que, bajo amenaza, tuvo que escuchar cómo asesinaron a las cuatro personas, una tras otra, con hachas y cuchillos. Sobre las 7:30 p.m. llegaron las víctimas, no alcanzaron a pedir una cerveza cuando fueron arrastradas a un baño. Ordenaron cerrar el bar y quienes se quedaron adentro, empleados y clientes, se convirtieron en testigos.