Tres minutos después de que Kevin Giovanny Hurtado Delgado le arrebatara la vida a la mujer que decía amar, una joven llamada Yudy Paola Acero, al interior de su vivienda, corrió tres cuadras para intentar escapar, pero al verse acorralado sacó el revólver que llevaba escondido y se disparó en la cabeza. Su cuerpo cayó tendido en el asfalto boca arriba y el arma quedó a pocos centímetros de su mano derecha, reposando en su abdomen.
El reloj marcaba las 4:30 de la tarde de este martes 14 de febrero, cuando Kevin llegó a la vivienda en donde residía su expareja -y madre de su hija-, aprovechó que un inquilino abrió la puerta e ingresó a la vivienda (ubicada en el barrio El Rubí, sector del Rincón) y le disparó en el abdomen y el rostro a Yudy Paola.
El feminicidio lo perpetró delante de la hija que tenían en común, una pequeña de tan solo 2 años. Según relató la familia de la víctima, Yudy había terminado la relación con su homicida porque se había cansado de los constantes maltratos físicos y psicológicos a los que era sometida.
Incluso cuando decidió dejarlo, este sujeto la amenazó de muerte y le dijo que “si no era de él, no era de nadie”, y que la iba a matar. Yudy ya lo había denunciado debido a las constantes amenazas que recibía por parte del sujeto.
Hace tan solo una semana la víctima estuvo en la Fiscalía denunciándolo debido a que ya la había buscado para amedrentarla con un arma blanca y le había pegado. Sin embargo, esta denuncia no fue suficiente, pues el hombre logró lo que le dijo en una de sus amenazas: conseguir un arma de fuego para asesinarla.
“Ella se separó de él en diciembre. Se fue para Risaralda y hasta allá llegó el tipo a amedrentarla y a amenazarla. Yudy antes vivía en Fontibón y por todo lo que pasó se mudó a Suba, pero hasta ese barrio fue a dar ese tipo, no sabemos cómo, para matarla”, le dijo a Q’HUBO una familiar de la víctima.
