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¡Colores del Manantial! un proyecto social que se impulsa en el barrio 12 de Octubre 

Katherine Arévalo y un grupo de compañeras de Licenciatura en Educación de la Unab escolarizó a 70 niños, muchos de ellos hijos de migrantes en el barrio 12 de Octubre, parque baja, usando como aula una taberna.

Con su sonrisa irradia de alegría a muchos, y con su ganas, busca salir adelante para cumplir sus metas.

Es apasionada a los niños y tiene un corazón tan grande que ya más de 70 pequeños la llama ‘profe’.

Katherine Arévalo Flórez nació hace 29 años en Bucaramanga y hoy, gracias a su esfuerzo, es estudiante de último año de Licenciatura en Educación Infantil en la Unab.

En noviembre se gradúa y como parte del proyecto de grado, quiso brindarle a su comunidad una educación primaria y un trabajo social único que es de admirar.

Su proyecto se enfoca en enseñarle a los niños del barrio 12 de Octubre, parte baja, los primeros pasos de una formación integral, con juegos, pedagogía y sobre todo, el saber que en la educación está la base para su futuro.

Y es que Katherine o ‘la profe’, como ya todo mundo la conoce en el barrio, es una maestra en formación. Ella vivió y se educó en este sector de la comuna 4 de la ciudad y sabe de la importancia que deben tener los niños en el estudio.

“Soy una emprendedora de sueños. Siempre anhelé estudiar Comunicación o Derecho, pero en realidad la vida me trajo al programa de la licenciatura ganándome una beca y dándome la oportunidad de formarme en una universidad privada”, dice Katherine.

Y esa misma vida le brindó esa oportunidad de estudio. Cuenta que hace 4 años quedó embarazada y su esposo le dio el segundo regalo más importante de su vida.

La inscribió en una de las becas que entregaba la Alcaldía de Bucaramanga y se la ganó.

“Mi esposo siempre me decía que debía estudiar para ser maestra y yo le decía que no. Él, calladito se enteró de la adjudicación de las becas e hizo todos los papeles. Me inscribió y cuando tenía siete meses de embarazo me entregó el documento que decía: “puede estudiar gratis con el 100% en la Unab” y así fue como escogí mi carrera, donde con mucho esfuerzo he logrado mis metas”, dice.

Construyendo sueños

Katherine ha conocido personas que la han impulsado a que sus estudios sean valiosos, pero sobretodo que le involucren en un trabajo social.

Una de ellas es María Eugenia Bonilla, directora de Estudios Políticos de la Universidad.

“Gracias a ella y a una electiva que se llama ‘Construyendo País’ le envolví para hacer labores sociales y que desde la formación como maestra puedo ayudar. Así nació la ‘chispita’ de trabajar por mi gente y hoy del proyecto que me tiene recibiendo muchas sonrisas de los niños”.

Los Colores del Manantial

Así se llama el proyecto. “Colores del Manantial” y está ubicado en toda la mitad del asentamiento; un rancho llamado La Taberna de Moe, que funciona como sede de la escuela durante las mañanas y como taberna para adultos los fines de semana.

Katherine y cuatro estudiantes de la Unab más crearon la escuela con el apoyo de José Luis Arévalo, el ‘tío Moe’ como es conocido en el sector, un hombre que brindó su casa y el local para ellos, los niños, no les faltara la educación.

“Ha sido una bendición. Este espacio era una Taberna, pero luego mi tío la adecuó, la llenó de color, comenzó a hacerle ajustes y así se transformó”.   

“Es algo que ha nacido del corazón. Estos niños me han sorprendido, porque desean estudiar y es uno de los intereses y motivos que ayuda para que el proyecto continúe”, argumenta Katherine.

Con apenas 75 días, el proyecto de grado toma forma y mucho color. Éste ha sido apoyado por el programa de Licenciatura en Educación Infantil de la Unab y la escuela itinerante Colibríes del Saber, creada en 2021 por dos egresadas de la institución de educación superior.

Hoy, su sabor social es de aplaudir y Katherine, y quienes apoyan la iniciativa, continuarán en proyecto, esperando que más personas se involucren y brinden a estos niños más sonrisas y mucha educación.

Un ejemplo de mamá

“Quiero sembrar algo de lo que mi mamá sembró en mí. Ella es madre soltera y desde niña comenzó a mostrarme la vida como era, me enseñó muchas cosas. A trabajar y salir adelante.

Vendíamos pollos por las calles de algunos pueblos de Santander. Los comprábamos acá en la ciudad y luego salíamos a recorrer las calles. Siempre he admirado a mi mamá, es una guerrera. Su buena actitud me enseñó a resolver los problemas, porque todos tienen solución ”, dice Katherine, quien sus primeros estudios los hizo en el colegio Francisco de Paula Santander.

El proyecto es la esperanza de 70 niños en el asentamiento 12 de Octubre, parte baja, que busca darle educación y un sano esparcimiento. /FOTOS: MARCO VALENCIA

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