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En Floridablanca, una mujer crea accesorios a ‘pulso y con el corazón’

Este oficio se convirtió en una actividad familiar. Sus hijos de 15, 12 y 9 años, junto a su esposo, ahora son su más fiel equipo de trabajo.

El gusto por los accesorios nació desde muy temprana edad, hace aproximadamente 16 años. Miryan Liliana Acevedo, oriunda de Cáchira, Norte de Santander, descubrió su habilidad en el tejido de joyas cuando un día decidió ‘desbaratar’ un collar que recién había comprado, con el fin de conocer y aprender el proceso de creación.

Fue así como de forma empírica, comenzó a diseñar sus propios artículos. Sin la necesidad de asistir a un curso o taller de bisutería. La creatividad se convirtió en su ‘mano derecha’, y un rollo de nylon, junto a piedritas de colores, sus compañeros fieles.

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“Desde que estaba en el campo me gustaban los accesorios. Si veía una manilla o un collar, quería saber cómo se hacía ese trabajito”, aseguró la mujer de 36 años.

Casi 20 años después, cuando llegó a vivir a Floridablanca, expandió sus saberes frente a este arte: ya no solo eran pulseras o collares, ahora elaboraba aretes, llaveros y figuras para adornar la navidad.

“Acá era más fácil acceder a los materiales, además empecé a trabajar con almacenes y con joyería en plata, bronce, acero y oro laminado o goldfield.

Si desea contactarla puede escribir al 313 3190332.

Televisión Ciudadana

Según recuerda Liliana, las puertas se abrieron aún más cuando participó en el canal local conocido como Televisión Ciudadana o TVC. Allí cumplía la función de dar tutoriales y dar a conocer su trabajo, en uno de sus programas.

“Este emprendimiento se convirtió en mi sustento. Hago lo que sea, desde que esté a mi alcance. El aprendizaje diario”, agregó Liliana.

Comparte su conocimiento

Hace seis años ‘Lili’ decidió compartir su habilidad por el tejido de joyas, con otras mujeres con el mismo interés, pero sin esperar nada a cambio, totalmente gratuito.

“Veía en Facebook que había personas que quería aprender, así que hice un grupo por WhatsApp donde comparto la técnica básica”, indicó.

La recompensa es siempre la gratitud de cada una de sus alumnas, pues lo que enseña, les ayuda a ‘rebuscarse’.

“El día que no teja, es un día casi perdido”, así describe la pasión con la que fabrica cada accesorio en Lili Accesorios. Más que una pulsera o collar, los clientes se llevan una artesanía hecha a mano y con amor.

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