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Q’hubo en Mi Barrio llegó hasta La Joya en la comuna 5 de Bucaramanga

A finales de 1962 y gracias a los aportes que dejó la visita del entonces presidente de los Estados Unidos, Jhon F. Kennedy, nace La Joya. En ese entonces el Instituto de Crédito Territorial le adjudicó a varias personas un proyecto para que éstas se encargaran de levantar sus viviendas. Al final, 23 manzanas se […]

A finales de 1962 y gracias a los aportes que dejó la visita del entonces presidente de los Estados Unidos, Jhon F. Kennedy, nace La Joya.

En ese entonces el Instituto de Crédito Territorial le adjudicó a varias personas un proyecto para que éstas se encargaran de levantar sus viviendas. Al final, 23 manzanas se construyeron y así comenzó el entorno de uno de los barrios más populares y de mayor tradición en Bucaramanga, La Joya

María Josefina Jaimes es una residente que lleva 60 años en este sector. Cuenta que fue su papá el que pudo tomar ese crédito y así traerlos a vivir a este ‘paraíso’.

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“Es un gran vividero. La comunidad ayuda, es servicial y emprendedora. El barrio ha crecido mucho y el que reside en La Joya vive orgulloso”, sostuvo esta residente.

Un barrio muy social

La Joya es uno de los sectores más tradicionales de la capital santandereana, de allí son los famosos  ‘años viejos’, las luces decembrinas en los parques y porque no decirlo, la buena hinchada del Atlético Bucaramanga.

Asimismo, de allí han surgido figuras prominentes de la política, del periodismo, del deporte, de la religión, de la educación y del servicio comunitario.

Esmer Rojas Rubriche es el presidente de la JAC de La Joya, ubicada en la comuna 5. Hoy el barrio tiene un buen centro de salud para la comunidad, poco transporte público (se extrañan las rutas: Soto La Joya, Unidos y Álvarez, de la empresa Unitransa; y la buseta de Molinos-San Luis, adscrita a Oriental de Transportes), hay mucha zonas verdes y parques, colegios, un comedor escolar muy valorado entre quienes viven allí y un proyecto de huertas que ‘comienza a abonar’ un trabajo social.

Su ubicación

Se encuentra a lo largo y ancho de las calles 36, 37 y 41, entre las carreras 4 y 19 del occidente. Sus sectores vecinos son: Alfonso López, García Rovira y la céntrica de Bucaramanga.

Es de estrato tres, cuanta con todos los servicios públicos, aunque la comunidad le hace un llamado a los funcionarios del alumbrado público para el cambio de luminarias.

Tiene cerca de 1.152 vivienda y una población de 5.513 habitantes, según el último censo.

Se destaca un templo religioso: la Parroquia del Inmaculado Corazón de María, que hoy está a cargo del Padre Orlando Caicedo.

Proyectos de trabajo

El barrio cuenta con varios proyectos, uno de ellos es el ambiental.

“Buscamos fortalecer nuestros espacios verdes. Tenemos la primera JAC con páneles solares, se están haciendo siembras en cada rincón de La Joya. Hace poco se entregó un kit ambiental, casa a casa, para culturizar a la gente del reciclaje y compostaje.

También se trabaja con los jóvenes de la barra del Atlético Bucaramanga con las huertas urbanas para poder tener un abono para la comunidad”, dice Esmer.

Las tortas de Don Carlos Julio

Carlos Julio Álvarez y su familia comenzaron un emprendimiento gracias a la pandemia. Hace casi tres años su labor en el calzado se truncó por la llegada del COVID-19, desde entonces su proyecto de vender tortas de sabores por la calle se hizo tan famoso que hoy es de los hombres reconocidos, no sólo del barrio sino de varias zonas de Bucaramanga. “Con mi hijo Jean Carlos y mi esposa comenzamos a fabricar y tanto fue el éxito que hoy gracias a Dios tenemos seis sabores: coco, auyama, naranja, chía, vainilla y chocolate y uvas pasas”, dice este hombre, quien sale a vender todas las tardes. Quien desee apoyar este emprendimiento o probar su producto puede llamarlo al 320 8047054.

Un ‘aguante’ bien productivo

Los residuos orgánicos son bien aprovechados en La Joya. Gracias al proyecto de Aguante La Barra 2.0 con la barra del Atlético Bucaramanga, varios jóvenes hacen un pilotaje de compostaje y huertas urbanas en varios sectores del barrio. Según Andrés Ávila Oviedo, ingeniero ambiental de la Alcaldía y gran apoyo en esta labor, el proyecto busca, no sólo producir abono sino darles la oportunidad a los muchachos como un proyecto de vida y brindar emprendimientos a futuro.

Un ‘plan’ con mucho corazón

Esta labor nació para los niños más necesitados del barrio y sus alrededores. Hoy el comedor Bambinos del Padre Pío es una realidad, donde más de 100 niños reciben su almuerzo todos los días antes de ir a clases. Karina Carrillo de la Comunidad del Servidor y Esmer Rojas presidente comunal del barrio son los líderes del proyecto.
“La idea es apoyada por todos gracias al ‘Plan Padrino’ donde las personas dando desde $2000 mensuales pueden apadrinar el proyecto”.

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