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Conozca los ‘Brackets de lujo’, la nueva tendencia en Bucaramanga

Sobre la concurrida calle 35 del Centro de Bucaramanga, resaltan avisos que ofrecen el servicio de pegar brackets de ‘lujo’ para personas que solo quieren lucir un agregado a su sonrisa.

Usualmente las personas recurren a tratamientos de ortodoncia para corregir defectos en su mordida, mandíbula, dientes o problemáticas que suelen afectar la salud dental.

Pero en Bucaramanga existe un grupo de ciudadanos que por cuestiones de vanidad usan brackets, ya sea para lucir un rostro más bello y estético que denote un mayor rango social por tan solo $70.000. Así lo afirma un ortodoncista ‘callejero’, quien lleva un año realizando este oficio en la capital santandereana.

Sobre la concurrida calle 35, mejor conocida como el Paseo del Comercio del Centro de Bucaramanga, resaltan avisos que ofrecen el servicio de colocar o pegar brackets de ‘lujo’.

Esta peculiar actividad es promovida por dos personas quienes les aseguran a los transeúntes mejorar la apariencia con la postura de estos elementos.

Ellos comentan que debido a la dura situación económica y social que se vive en Venezuela se vieron obligados a migrar a este país vecino, para obtener más oportunidades y tratar de mejorar su condición de vida.

Uno especificó que en su natal Venezuela había culminado sus estudios universitarios, “a los 15 años me gradué del Liceo y empecé a estudiar la carrera para ser odontólogo”.

Con sentimiento explicó que fueron cinco años de estudio en la universidad hasta lograr su título pero debido a la difícil situación económica que atravesaba, decidió venir a la ciudad y junto con su exnovia establecer este modelo de negocio que de alguna forma le permitiría trabajar en su área.

De forma más alegórica la otra persona argumentó que desde hace cinco años está en la Ciudad Bonita ejerciendo este trabajo, “en Venezuela mi hermana era odontóloga. Yo trabajaba con ella y le ayudaba, cuando llegué acá empecé a poner brackets, yo ya sabía de eso”. Debido a su trayectoria este hombre tiene su propio consultorio y lo califica como un fruto de los brackets de lujo.

Ambos coinciden en que iniciaron esta práctica por necesidad y recomendación debido a sus conocimientos dentales. Afirman que no ha sido fácil, pero aún así lo definen como un trabajo que les permite obtener dinero, al tiempo en el que ejercen su profesión.

El procedimiento

Similar a una primera postura de un tratamiento de ortodoncia, esta práctica inicia cuando estos llevan al paciente a un consultorio cercano de alquiler y allí proceden a realizarle una limpieza dental, que promete eliminar todo tipo de sarro y suciedad. Con los dientes impecables continúan colocando los brackets, que según dichos ‘ortodoncistas’ están hechos del mismo material que un bracket convencional.

Pegándolos cuidadosamente con resina dental, adornan los brackets con ligas de colores a elección del cliente, y al transcurrir media hora finalizan este procedimiento que tiene un valor de $70.000. Hay que resaltar que esta práctica es de carácter estética, no es ortodoncia y no promete arreglar ningún aspecto de la dentadura.

“Esto es una moda en Venezuela, cuando la gente te ve con brackets puede saber que tienes dinero para arreglarte, que te preocupas por tu físico, que tu boca es limpia y que eres una persona con mayor categoría social”.

Aún en tiempos de pandemia esta actividad continúa y como sus realizadores lo afirman se hace cada vez más apetecida.

Los dos comentan que le apuestan a la bioseguridad y a la salud de sus clientes, ya que toman todas las medidas necesarias para evitar algún contagio de Covid-19. “Siempre tenemos puesto el tapabocas, usamos guantes y limpiamos con alcohol nuestro lugar de trabajo”, indicó uno de ellos.

Como toda labor, la postura de brackets de lujo también tiene vivencias. Uno de estos trabajadores expresó que ha llegado a colocar estos elementos bucales ahí mismo donde los promociona, en la calle. “Un conocido me pidió que le colocara los brackets, que los quería tener, como tenemos confianza lo senté en un butaco y ahí mismo le hice el procedimiento”.

Al parecer, la clientela más fuerte de este ‘embellecimiento popular’ son personas de origen venezolano, algunos colombianos interesados y uno que otro policía curioso con el procedimiento. “Este lujo es muy conocido en Cúcuta, al ser frontera muchas personas ya quieren esta moda en sus dientes”.

El procedimiento es inadecuado, advierten profesionales en el área

Según la odontóloga Yelena Celedón, coordinadora del posgrado de ortodoncia de la Universidad Santo Tomás, este tipo de prácticas están lejanas a los estándares de seguridad para los pacientes.

“El asunto es delicado porque el paciente no sabe qué le están poniendo en la boca, pues puede causar daños y producir movimientos o afectaciones en los dientes causando daños irreversibles. Estas personas no pueden asegurar con qué pegan o retiran este material, por eso se puede dañar el esmalte de los dientes y propiciar el riesgo de enfermedades y bacterias”, explicó Celedón.

Desde lo más básico ella afirma que tanto los especialistas en el área como sus lugares de trabajo deben estar avalados por la Secretaría de Salud, sus materiales deben ser certificados por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos, Invima, y que los protocolos de bioseguridad deben ser estrictos en la práctica de todo procedimiento.

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