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Rosario sabe lo que es la atención de su tienda en Piedecuesta

Tener buenos precios, buen genio para atender y saberle llegar al cliente, esas son las virtudes que posee Rosario en su tienda de Piedecuesta.

Rosario es una mujer alegre, sencilla y muy responsable en sus queseares. Así se cataloga esta tendera del barrio Suratoque, etapa 1 de Piedecuesta.

Tiene 72 años, de éstos 20 dedicados a su tienda llamada a Anaid. Ella dice que es un tenderá paciente y muy emprendedora, y dice que su negocio en muy poco tiempo la podrá convertir en el supermercado.

Rosario Niño de García, tiene 5 hijos, de los cuales dos le ayudan en el negocio y junto a su esposo Pablo García, se han dedicado estos años de llenó al comercio.

“Aquí vendemos de todo un poco, desde una aguja hasta una menta. Tratamos de darle lo mejor al cliente y que se enamora del negocio. Se comercializa temas de papelería, cosméticos y todo lo relacionado con la canasta familia”, comenta rosarito, como muchos la llaman de cariño.

Y sin duda su tienda es una de las más populares y de gran afluencia en el barrio, pues en su surtido, tiene de todo.

Aquí se consigue lo del desayuno, el almuerzo y la comidita. La tienda como muchas es un buen negocio, lo importante es tener el carisma y se la paciencia para que los clientes vengan”, comenta.

Frente a la economía, que por estos días afecta gran parte de los negocios alimenticios, ella es clara a afirmar que lo importante es tener precios bajos; así se le gana a la competencia.

“En este último tiempo la economía ha afectado a los tenderos. La llegada de supermercados de mediano alcance nos ha bajado las ventas, es por eso que el negocio ha cambiado y el cliente busca economía. A eso le estoy apuntando”, dice.  

Según Rosario, tener un negocio bien surtido y comenzar temprano también motiva al cliente a acercarse.

“Aquí se abre a las 5:00 de la mañana y cierra a las 10:00 de la noche, todos los días. Mi clientela es de todo tipo, niños, grandes y adultos mayores; el poder tener de todo un poco hace que la gente se anime al venir”, comenta.

Un negocio familia

Como todo en la vida los comienzos fueron duros. Poco a poco se dieron a conocer y hoy tienen un negocio próspero.

“Comenzamos con $200 mil pesos; fue un surtido pequeño. Gracias a Dios hemos crecido y el cliente de este sector de Piedecuesta es muy amable. Ya muchos son fieles a la tienda y tratamos, junto a mi familia de dar lo mejor”, sostiene.

Finalmente apunta que tener una exhibición acorde a los clientes le ha dado resultado. “Sabemos que todo entra por lo ojos y tener dulces, gaseosa y lo indispensable como el arroz, los huevos y la leche, dan pie para que el cliente compre nutridamente”, puntualiza Rosario.

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