A medida que avanza diciembre y se acercan los últimos días del año, en San Gil se empiezan a ver más turistas caminando por las calles y vendedores ambulantes que las van ocupando, especialmente en el centro del municipio.
En un recorrido por el parque principal y algunas de sus calles cercanas se ve de todo: artesanías, equipos para celulares, tintos, cigarrillos, minutos de celular, chocatos o cotizas, galletas navideñas, vinos, camisetas, láminas para el álbum Panini, tintos, dulces autóctonos, raspados, flores, lotería y otra vez tapabocas, entre otros. También se ven niños indígenas junto a sus madres pidiendo unas monedas.
Ricardo Llanos, tradicionalmente fotógrafo y con más de 27 años capturando momentos con su cámara en la zona céntrica del municipio, hace parte ahora del gremio de personas que se dedican a vender billetes de la suerte, esos que vuelven millonario a cualquiera en una noche.
Parado en el andén del parque que colinda con la carrera 10, Llanos dice que ya están llegando muchas más personas a estacionarse con mercancía y la experiencia le ha enseñado que de a poco se irá llenando.
Jairo Morales es un adulto mayor de 86 años; desde el 2019 decidió estacionarse con sus chocatos en una de las esquinas de La Libertad, nombre del parque principal del municipio. Dice que llegó ahí porque los artesanos no tienen un lugar para exponer tranquilamente sus productos y pues de algo tiene que vivir.
No lo molesta nadie, está tranquilo y así espera pasar este diciembre, solo que con muchos turistas que se enamoren de sus cotizas.
Entre los nuevos figuran personas como Isidro Rodríguez, un artesano venezolano que va y viene de su país con mercancía. Llegó a San Gil hace algunos días y se quedará con otros dos compañeros por ahí hasta antes días antes de la Navidad, porque espera volver a su país para pasar las festividades con los suyos.
Sentado en un andén, por fuera del parque, Rodríguez debe estar atento a la llegada del funcionario que va constantemente a pedirle que levante su mercancía. “Es como jugar al gato y al ratón (…) Es por necesidad”, explicó.
Yaneth Patricia Rincón, secretaria de Gobierno de San Gil, dice que es muy difícil controlar este fenómeno especialmente ahora en diciembre. La funcionaria añadió que en este caso los encargados de espacio público tienen la indicación de pedirle a la gente que no obstaculice el paso de los peatones ni los carros.
Los puntos críticos
Aunque La Libertad suele ser el punto de encuentro de la mayoría de los vendedores ambulantes, el amplio espacio no genera por el momento traumatismos a la movilidad de las personas.
El problema se presenta en otros sectores, en donde caminar es realmente difícil porque los puntos ocupan gran parte de los andenes, como sucede en la calle 12 entre carreras 10 y 11, en donde los carros de los comerciantes de accesorios para celulares y los adornos navideños instalados por la Administración Municipal, obligan a la gente a bajarse a la vía, con una esquina casi que intransitable para los peatones.
Una cuadra más allá, en la calle 13, ventas de correas y otros accesorios, terminan de complicar la movilidad en un sector en donde las congestiones son constantes, debido a los carros particulares y motos que se parquean en cualquier lugar.