La anhelada y trabajada remodelación del Malecón de San Gil llegó a su fin, o por lo menos el proyecto que desarrollaba la Fundación Rotario. La iniciativa que empezó a desarrollarse en noviembre de 2021 con recursos públicos y privados será ahora responsabilidad únicamente de la Administración Municipal.
Raúl Gómez Quintero, promotor de la recuperación del espacio y quien estuvo dirigiendo el desarrollo de las obras, explicó que el convenio entre la fundación y la Alcaldía se dio por terminado debido a temas de normatividad fiscal. “No es por inconvenientes con la Alcaldía ni nada de eso”.
El terreno que estaba siendo intervenido va desde el desembarcadero hasta la entrada al parque El Gallineral. En esa zona quedan pendientes ahora unos trabajos de embellecimiento que deberían estar listos en diciembre del presente año.
“Estamos presupuestando todo lo pendiente con el arreglo de sardineles e incluso de esculturas, para tener todo este sector completamente terminado”, expresó Lyda Forero Bernal, directora del Instituto de Cultura y Turismo municipal, confirmando el compromiso de tener todo esto adelantado para la época decembrina.
Sin embargo, Quintero alertó sobre los problemas que conlleva el paso del proyecto al orden público, porque seguramente tardará y costará más de los previsto debido a los requerimientos contractuales oficiales.
El ciudadano explicó que, por ejemplo, en el último año la Fundación Rotario y él estuvieron a cargo del proceso sin recibir ningún tipo de remuneración y ahora todo va a tener un valor.
El llamado de atención de Quintero es importante si se tiene en cuenta que desde el inicio del proceso de remodelación del Malecón, en 2021, las obras tuvieron que suspenderse en un par de ocasiones por falta de recursos.
Al final, los trabajos dieron resultados positivos, tras cerca de $100 millones invertidos por la Alcaldía y ayudas privadas como la de la familia Quintero Suárez, que donó el monumento de los símbolos patrios, de agremiaciones como la Cámara de Comercio de Bucaramanga, Fenalco sur de Santander, distintos empresarios, el centro comercial El Puente y todo tipo de donaciones en recursos y especie.
En 2023 se tendrá que trabajar en la intervención que va desde el desembarcadero hasta el puente Rojas Pinilla, en donde la falta de mantenimiento e inversión son cada vez más evidentes.