La tienda de ‘Chela’ es uno de los primeros negocios que se fundaron en Zapamanga V. Y lo mejor de todo, es fruto del amor y esfuerzo de una pareja de esposos: Graciela Gélvez y Hugo Alberto Moreno.
Su negocio cumple 34 años desde su fundación, por lo que su esquina: la calle 111A, se ha quedado en el imaginario y cariño del vecindario.
“Yo siempre he vivido en este barrio. Llegué a la par de que entregaran las casas, por lo que me crié en estas calles, y conozco muy bien a las personas”, dijo Gélvez.
Ella cuenta que ‘levantar’ el negocio con su esposo fue una meta familiar, pero también un gusto propio.
“A mí siempre me ha gustado la tienda, servirles a las personas y sobretodo tener una buena relación con el cliente”, afirmó.
La tienda y su matrimonio comparten aniversario. “Nos casamos, llegamos a esta casa y, de una, montamos el negocio”, contó ‘Chela’.
Su esposo, don Hugo Moreno, recuerda que al inicio empezaron poco a poco, con una cantidad limitada de mercancía, hasta que el negocio despegó y se animaron a surtir más cosas. Al principio iban al depósito ahora se surte en El Campanazo.
Esta tienda les ha dado los recursos necesarios para sacar a su hija adelante, que ya tiene su propio empleo, por lo que están agradecidos con el vecindario por haberlos apoyado.
Al que madruga, Dios le ayuda
‘Chela’ abre a las 6:00 a. m., su tienda es una de las primeras en estar disponibles, lo que es beneficioso para el negocio.
“Yo abro temprano porque a esa hora hay mucho niño que va para la escuela y que necesita comprar su lonchera”, agregó la tendera.
Su jornada es larga. No son las usuales ocho horas de una oficina. “Cerramos a las 9:30 de la noche, ya cuando sabemos que los clientes no necesitan nada más”, explicó.
Para ello lo más importante de tener un negocio es la relación con las personas que le compran.
Todos la conocen como ‘Chela’ y la sienten como una familiar más. Su hablado dulce y complaciente la hace amena para el público infantil, que disfruta hasta comprarle hasta un tomate.
Para esta pareja de esposos darle la razón al cliente es la estrategia más efectiva para cosechar largas amistades.
Aunque no saben qué les depara el futuro, están orgullosos de haber sacado su negocio, y el fruto de sus esfuerzos adelante.
