A la deriva, así se encuentran los carniceros de Bucaramanga y el área metropolitana, pues aseguraron que no tienen claridad sobre el precio, “acá no se sabe si vuelve y se sube”, dijo uno de los vendedores en la Plaza de Mercado Guarín.
Según la Asociación de Surtidores de Carnes de Santander (Asurcarnes), el precio de este producto, casi indispensable en la canasta familiar, ya bajó 10.000 pesos por arroba. “Nosotros como surtidores hemos tenido una baja en el valor que se le ofrece a los expendios”.
Lo anterior se debe a que, actualmente, se presenta una disminución en la exportación de ganado, “si hay bastante ganado, el precio baja aún más. La carne se ‘pone’ cara cuando hay altos niveles de exportación”.
“No se le puede bajar el precio”
Para algunos comerciantes, esta situación no genera algún cambio relevante en sus ventas. En conversaciones con Q’hubo, Óscar Ramírez, quien trabaja en Mercarnes, indicó que hay confusión en el precio, tanto de la compra como en la venta, lo que perjudica directamente en la comercialización de este producto cárnico.
“Dicen que la carne bajó a 12.000 pesos la libra, cuando se estaba vendiendo a 14.500 o 15.000 pesos la de asar. Realmente disminuyó 500 pesos, según los cálculos, no 3.000 (en la libra) como lo anunciaron”, agregó Óscar.
Además, aseguró que es difícil venderla a menos precio cuando, en meses anteriores, a la arroba de carne se le subió 5.000 pesos, “en un momento aumentó hasta 5 veces en el mes, fueron 25.000 pesos en la arroba. Perdimos mucho”.
“Un precio que se ajuste a todos”
Desde hace 30 años, Luis Antonio Quintero trabaja en el negocio El Corralito Campesino, ubicado en la Plaza de Mercado Guarín. Para él, no es opción mantener el precio si ya existe una disminución, pues afirmó que con esos 500 pesos menos, los consumidores llegan más a comprar y se vende más cantidad de carne.
“Nos bajaron un porcentaje que equivale a 500 pesos en la libra, así que la carne de primera queda en 14.000 pesos, la de segunda en 12.000 pesos y la costilla en 9.500 pesos. Acá le bajamos al tiempo en que se vaya disminuyendo el precio de la arroba”.
Aunque no todos comparten esta idea, en algo sí concuerda con los demás: “nos ‘dieron duro’ en las subidas”. De comprar la arroba en 112.000 pesos, pasaron a pagar 205.000 pesos, “haciendo plata no más para lo básico”.
El gremio guarda la esperanza de que se registre una baja que realmente se ajuste para todos, donde el cliente también tenga la forma de comprar.
Piden que baje más
Algunos integrantes del gremio de carniceros están a la espera de una baja “que valga la pena”. Según mencionó uno de ellos, la idea es que disminuya otros 10.000 pesos, con esto se puede ajustar a la disminución de 500 pesos en la libra. “En la subida perdimos mucha plata, porque no podíamos aumentar al consumidor 1.000 pesos de una vez, debíamos esperar hasta tres subidas para ahí sí cobrar más. No nos queda más que esperar a que complete los 15.000 o 20.000 pesos en la arroba”, dijo Óscar Ramírez.