En el olvido quedó la promesa del Centro Cultural y Recreativo de La Cumbre. Más de 70 mil personas se quedaron esperando la entrega de un espacio diseñado para el entretenimiento de la comunidad.
Han pasado más de siete años, en los cuales, como lo mencionó William Flórez, integrante de la Junta de Acción Comunal de este sector, “las autoridades locales se ‘tiran la pelota’ unos con otros, y nadie hace nada”.
Lo que prometieron
En el año 2016, fecha en que se tenía previsto el funcionamiento de este centro, se dijo que la obra tendría un auditorio para 200 personas, dos piscinas, un gimnasio, zona de juegos infantiles y una plazoleta principal; dentro de sus instalaciones se acondicionó un Punto Vive Digital y hasta una sede de la Registraduría, esta última es la única “promesa” que está en funcionamiento.
Sin embargo, al momento solo está la piscina, y un terreno en total abandono, lleno de melaza y basura, según indicó Flórez.
“Esto se convirtió en un criadero de zancudos, y un foco de contaminación con las basuras que arrojan los habitantes. Además es un punto que se presta para robo y consumo de droga”, aseguró el hombre.
Esta problemática ha generado inconformidad y molestia en quienes residen al rededor, ya que la reproducción de mosquito por el agua-lluvia estancada, coloca en riesgo la salubridad de niños, jóvenes y adultos, exponiéndolos al contagio de una enfermedad viral como dengue.
La ‘platica’ invertida
En total, la construcción, que en menos de un año cerró sus puertas, tuvo una inversión de $3.532 millones, dinero que le costó a la Alcaldía y a la Gobernación de Santander de mandatos anteriores.
¿Habrá una solución?
En conversación con Q’hubo, Fernando Mer, secretario de Infraestructura de Floridablanca mencionó que actualmente este es un tema jurídico que debe ser resuelto por la oficina de contratación municipal.
“Nosotros hicimos la parte técnica, realizamos una consultoría para conocer el estado de la infraestructura con el fin de determinar el daño emergente que ocasionó el no uso del escenario”, agregó.
Según indicó, la administración se encuentra a la espera de una respuesta para conocer con precisión cómo actuar, y el lucro cesante luego de tantos años de abandono, con estos datos se podrán hacer efectivas las pólizas.
Frente al tema de mantenimiento de la piscina y poda de la vegetación, afirmó que, junto a las cuadrillas, se han llevado a cabo jornadas de limpieza en las zonas verdes. Asimismo, dijo que a las piscinas no se le puede sacar el agua porque cumple la función de presión; si se llega a retirar, habría un fracturamiento, pero que la Secretaría de Salud lleva un control sobre el estado de esta zona.
Fallas en la estructura
El 5 de marzo del 2016, el muro del ala occidental se derrumbó. Adicionalmente, tras una investigación realizada por la Secretaría de Infraestructura Municipal, durante el mandato de Héctor Guillermo Mantilla Rueda, se encontró que los diseños aprobados no corresponden a la obra ejecutada.
Se determinó que el contratista utilizó materiales de menor calidad y menor costo, en el auditorio faltó una viga de soporte, y los drenajes en las piscinas las hacen inservibles.
En la evaluación de vulnerabilidad que se le hizo a la zona del auditorio, biblioteca y zona social, se determinó, entre varios aspectos, que la resistencia del concreto a la comprensión de las columnas realizada mediante ensayo de ultrasonido, no cumple con la resistencia del concreto especificado en el diseño.
Un plazo de seis meses
Este año, el Juzgado Once Administrativo Oral del Circuito Judicial de Bucaramanga ordenó a la Alcaldía de Floridablanca, en fallo de primera instancia, que a más tardar en seis meses adopte las medidas administrativas, contractuales y presupuestales necesarias para garantizar los servicios del mencionado Centro, y sea aprovechado para los fines por los que fue construido.
