“En el barrio La Salle se vive en paz y tranquilo, todos se muestran cordiales, propietarios e inquilinos. 40 casas nos dieron a 20 años de plazo, nos pusimos más contentos que marrano estrenando lazo”, estas son dos de las coplas que don Lorenzo Hernández Niño plasmó en su libro ‘Historia del Barrio La Salle’.
Y según cuentan sus habitantes fue el 7 de diciembre de 1.964 que se fundó este sector de la comuna 6 de Bucaramanga. Allí comenzaron a labrarse sus memorias, cronologías y comentarios entre vecinos, con las primeras viviendas entregadas.
“El barrio La Salle se formó dentro del proceso urbanístico de la ciudad, así como los demás barrios de la zona metropolitana. Su principal gestor fue la empresa privada que ayudó al bienestar del ciudadano y así le apostó a la construcción de las primeras casas”, dice Hernández en su libro.
Y es por eso que cada 7 de diciembre se prende una velita a este vecindario para celebrar un años más de vida, que a la fecha ya recorre los 58 años.
Cuenta con alrededor de 374 viviendas y 1000 habitantes. Se da el lujo de tener tres parques en su entorno: el Juan María Marcelino Gilibert más conocido como de la Policía, en homenaje a este francés quien fue director de la entidad en Colombia en 1892.
También está el San Juan Bautista que se ubica justo al frente del colegio Gabriela Mistral y por último el parque central del barrio, que se destaca por su kiosko y su gimnasio al aire libre.
Su ubicación parte desde la calle 67 hasta la 69ª y entre la carrera 27 con la autopista a Floridablanca. Tiene dos colegios, zonas comerciales, tiendas, un consultorio médico y varias microempresas que le dan impulso y desarrollo al sector.
Algo más de historia
Al principio, a La Salle le llamaban La Victoria, porque parecía una prolongación de esa popular zona. Sin embargo, los vecinos decidieron cambiarle el nombre.
Y como se encontraban en la jurisdicción del colegio San Juan Bautista de La Salle, acordaron bautizarlo así.
Para eso trasladaron la estatua del santo que existía cerca a la iglesia de La Victoria y la ‘sembraron’ en un pequeño parque frente a la Escuela Gabriela Mistral.
Un año más tarde, en 1965, se construyeron otros bloques residenciales cuyos adjudicatarios fueron los empleados del Magisterio, la Policía, la Colombiana de Tabacos, de la Administración de Impuestos Nacionales, de la Caja Agraria y del Fondo de Ahorro de Vivienda.
El 3 de Junio se creó la Junta de Acción Comunal. Desde entonces, el civismo se apoderó del barrio y no hubo obra comunitaria que no contara con la mano del vecindario.
Aún se recuerdan aquellos tiempos de 1968, cuando el Viaducto García Cadena amenazaba con arrasar al barrio, por el diseño que comunicaría a la ciudad con el paso elevado, 80 casas de La Salle tendrían que desaparecer para construir la vía.
UN LIBRO DE ‘ARMAS TOMAR’
Pablo Hernández es hijo de Lorenzo, autor del libro que cuenta la historia del barrio La Salle.
Lo guarda como una pieza valiosa y con orgullo pasa sus páginas, relatos que marcan un pasado de gran valor para sus habitantes. “Mi padre Lorenzo era un amante de los escritos. Fue un líder cívico que integró en varias oportunidades las Juntas de Acción Comunal. La historia dirá que nos dejó este libro, con sus memorias, escritos y todo lo que se le ocurría”, comenta.
En esta obra se pueden apreciar los fundadores del barrio, vivencias en comunidad y anécdotas contadas por Hernández Niño, quien le dejó a su hijo la casa que recibió en 1964 ubicada en la carrera 29.
SALUD: Aunque no hay clínicas, ni puesto de salud público, La Salle cuenta con una droguería y un consultorio que es atendido por uno de los fundadores del barrio; un médico que atiende en el sector y muchas personas van a pedir citas. “Nos ha ayudado mucho con los adultos mayores y varias actividades que se desarrollan”, dice Cesar Escobar, líder de la JAC.
TRANSPORTE: El barrio es uno de los privilegiados de Bucaramanga por tener varias rutas; todo por encontrarse en una zona céntrica que permite que las rutas de Girón, Lebrija y Bucaramanga circulen por la carrera 27. Además quienes vienen de carrera 33 esta semana volvieron a tener su ruta de La Victoria.
SEGURIDAD: Gracias al apoyo de la Policía y el cuadrante que hay en este sector (CAI La Victoria) la seguridad ha mejorado, aunque en el último tiempo se han presentado hurtos a viviendas y a la ciudadanía por la modalidad de raponazo. “Es un problema social de toda la ciudad. Insegura está toda Bucaramanga”, dice la ciudadanía.
COMERCIO: No hay plazas y el comercio es poco. “Nuestro comercio más que todo son las tiendas, algunos talleres y algunas fábricas de calzado y comestibles que se tiene, pero en general las familias que viven en este barrio son personas de la tercera edad y empleados de empresas”, comenta Escobar.
EDUCACIÓN: “Contamos con instituciones educativas de gran trayectoria en la ciudad. La Gabriela Mistral y otra justo pasando la carrera 27 que es el Instituto San José de la Salle y una de las sedes del colegio Aurelio Martínez Mutis”.
SERVICIOS: Por ser un barrio de varios años, la comunidad cuenta con todos los servicios públicos domiciliarios. Agua, luz, gas, teléfono y buen alcantarillado. “Esto ha ayudado a que el barrio sea de los mejores de Bucaramanga, primero por su ubicación y segundo por tener buenos servicios”.
PARQUES: Es un barrio rico en parques y zonas de vegetación. Además cuenta con una cancha de minifútbol y otra de microfútbol y baloncesto. Tiene en uno de ellos un gimnasio al aire libre y cuenta con amplias zonas verdes.