Durante la noche de las velitas y el 8 de diciembre pasado, las detonaciones de tales artefactos retumbaron en barrios y vías de la ciudad.
Además, tras un recorrido hecho por varios sectores, Q’hubo pudo detectar constantes ventas de totes, chispitas, martinicas, cohetes y demás artículos pirotécnicos que, en el papel, están prohibidos.
Las consecuencias del irrespeto a este decreto salieron a la palestra. Y es que entre el martes y el miércoles pasado se reportaron cinco quemados con pólvora; una de las víctimas fue un menor de edad, quien está hospitalizado. Mucho antes de estas fiestas, otro ciudadano también había resultado afectado.
Según la reglamentación, en el área metropolitana no se puede portar, almacenar, distribuir, transportar, comercializar, manipular ni usar artículos pirotécnicos o fuegos artificiales.
Voces oficiales
La Alcaldía de Bucaramanga, que realiza las Caravanas por La Vida, informó que se hizo la incautación de varios tipos de pólvora que eran vendidos sin ningún control en las calles del centro de la ciudad.
Melissa Franco, secretaria del Interior, señaló que están desarrollando operativos con las llamadas que se han recibido reportando la venta del material, “tenemos informaciones, hemos visto las redes sociales y vamos a seguir las incautaciones de la mano de nuestra Policía”, señaló.
La Policía de Santander, por su parte, informó que se les aplicaron ‘comparendos’ a varias personas en los municipios de Landázuri y El Carmen de Chucurí por transportar voladores, volcanes y chispitas, entre otros.
Se anunció que se redoblarán los operativos para la temporada de Nochebuena y Año Nuevo.
Ojalá estas medidas se acaten para que los rostros y las manos lacerados y los dedos cercenados no sigan siendo las marcas de por vida de muchos, producto de la irresponsabilidad de algunos adultos y de la falta de respeto hacia la ley, las autoridades y la misma comunidad.
