El ingreso de drogas y celulares al Centro Penitenciario de Berlín no requiere grandes trabajos de planeación ni de camuflaje dentro del cuerpo. Solo basta con pasar frente a las instalaciones, apuntar bien y lanzar con fuerza el paquete por encima de unas altas mallas.
El levantamiento de la altura de las mallas por parte de la dirección del penal, hizo que esta dinámica disminuyera o por lo menos la efectividad de la misma.
Ciro Gómez, director de este centro de reclusión ubicado sobre la vía nacional entre San Gil y Socorro, explicó que muchas de las bolas de droga o celulares se quedan a mitad de camino.
Siendo parte de la jurisdicción del Socorro, el directivo se reunió con el secretario de Gobierno de ese municipio y representantes de la Policía y el Ejército, para establecer una estrategia de mitigación contra este delito.
El lanzamiento de objetos desde el exterior hacia el patio número 1 – de los tres que tiene el penal- es una situación frecuente, confirmo el director. Durante la pandemia, por este delito se han capturado nueve personas y el número parece inferior ante la frecuencia constante del hecho.
Justamente, una de las peticiones y los acuerdos hechos en la primera reunión de seguridad conjunta fue el establecimiento de anillos de seguridad constantes por parte del ejército y la policía alrededor del penal.
Gómez explicó que la Guardia está para cuidar lo que pase al interior del penal y les queda muy difícil vigilar el exterior, de ahí la importancia del trabajo colaborativo con las fuerzas de seguridad.
El segundo compromiso lo asumió la Alcaldía del Socorro que se comprometió a entregar dos cámaras de seguridad de alta resolución. Con ellas se buscaría identificar las placas y personas que se dedican a hacer esta actividad.
Genera inseguridad en el interior
El director de la cárcel explicó que han encontrado armas blancas dentro de los paquetes de droga y droga dentro de los celulares. Todo esto hace parte de la economía ilegal que se mueve alrededor de la prisión.
Por la incautación de estos paquetes en el Centro Penitenciario de Berlín se han presentado alteraciones del orden, teniendo que hacer traslados de personal de patios y hasta de cárcel.
Según los cálculos de Gómez, por cada paquete de droga -que puede estar entre los 100 y los 300 gramos- los reclusos pueden generar ingresos por más de un millón de pesos al interior del penal. A esto hay que agregarle los brotes de violencia por el síndrome de abstinencia que evidencian algunos por la falta de consumo.
