Las actitudes irresponsables de los jóvenes frente al coronavirus, sobre todo durante los fines de semana y en diferentes establecimientos nocturnos, podrían disparar las cifras de la COVID-19 en el área metropolitana de Bucaramanga y en general en todo Santander.
La distribución total de casos del departamento por rangos de edad, a corte de ayer, era de 40 mil 30 personas jóvenes entre los 20 y los 39 años; esas son las edades frecuentes de las personas que visitan las tabernas y los bares. “Lo peor es que la juventud, en muchos casos, no acata las medidas de bioseguridad”, dijo Luis Felipe González Castro, gerente seccional de la COVID-19.
“Si bien al principio de la pandemia se decía que los jóvenes solo presentaban síntomas leves o eran asintomáticos; en realidad, los datos muestran que ellos pueden llevar tanta carga viral como los mismos adultos. Incluso son capaces de contagiar el virus a otros, por ejemplo a sus familiares”, explicó el funcionario.
Luis Felipe González Castro, gerente seccional de la COVID-19.
En este momento el Departamento tiene una curva epidemiológica relativamente estable, de comportamiento en meseta presentando 92.103 casos, con el 1.5% de casos activos, 94.7% de los casos recuperados, un 0.12% de pacientes en UCI (119 pacientes), respecto al total de casos, y una letalidad del 3.6%.
“Sin embargo, es preciso hacer un llamado preventivo a la ciudadanía, especialmente a los jóvenes. Fue muy evidente que el pasado fin de semana, tras la flexibilización del toque de queda, en algunos sectores, se salió de control la denominada vida nocturna en bares, discotecas y demás establecimientos nocturnos”, señaló González Castro.
Él instó a las autoridades competentes, a la Secretaría de Salud y del Interior de Bucaramanga y las de los demás municipios del área metropolitana y de Santander a ejercer mayor inspección y vigilancia para que los establecimientos de comercio reactiven adecuadamente sus protocolos de bioseguridad.
Las medidas, según explicó, deben estar acorde con la última resolución ministerial, la #223 de 2021, donde se destacan acciones hacia el mantenimiento de la bioseguridad.