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Dejaron sin luces a los vecinos claverianos

El barrio Claveriano, ubicado en la comuna 1 de Bucaramanga, nació en 1996 cuando 20 familias ocuparon un terreno cercano a Villa Rosa. Durante un mes enfrentaron operativos de desalojo por parte del Esmad y el Ejército. Tras intensas negociaciones, el entonces alcalde Carlos Ibáñez Muñoz permitió que 254 familias permanecieran en el lugar, bajo la condición de no poseer propiedades previas ni contar con capacidad económica para adquirir otra vivienda.

En 1998 se realizó un censo, y un año después se publicaron los listados de las familias beneficiarias del subsidio de vivienda. El Instituto de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana de Bucaramanga, Invisbu, junto con el colegio San Pedro Claver y los Padres Jesuitas, facilitaron la construcción de las primeras viviendas. Gracias a esta colaboración, los beneficiarios aportaron un ahorro reducido de $1.4 millones, de los cuales $700.000 fueron donados por los Padres Jesuitas.

El colegio, además de contribuir económicamente, prestó su nombre al barrio y a la institución educativa Claveriano Fe y Alegría, inaugurada en 2012. Sin embargo, las familias enfrentaron desafíos iniciales, como un alto costo del impuesto predial, que fue ajustado tras la intervención de la prensa local.

El presente del barrio

Hace cuatro años se inició un proyecto, diseñado por el alcalde Rodolfo Hernández y ejecutado por Juan Carlos Cárdenas, para construir un parque, un puente que conectaría Claveriano con el barrio La Cemento, muros de contención al borde del río y las barreras de protección adecuadas, para así evitar accidentes en estas zonas cercanas al parque.

Sin embargo, solo se completó la primera fase en la zona baja del barrio, dejando pendientes las etapas restantes. Los residentes sienten que fueron engañados, ya que el proyecto prometía mejorar significativamente su calidad de vida. Desde la obra inconclusa en el parque, el barrio presenta fallas en el alumbrado público. Este problema se ha agravado con el tiempo, afectando la seguridad y tranquilidad de la comunidad. Además de esto Alvaro Bustos, edil de la comuna 1 de Bucaramanga, comenta que a pesar que el servicio de gas funciona con normalidad a una vecina del sector la dejaron sin servicio por falta de pago y según la empresa deben realizar un estudio de suelo para su reeintalación, dejándola todo este tiempo sin el servicio.

En Claveriano funcionan cinco guarderías, pero estas están ubicadas en casas pequeñas que no cuentan con las condiciones necesarias para atender hasta 20 niños en cada una.

Desde hace tres meses, Invisbu, en conjunto con el edil de la comuna, trabajan en un proyecto para adecuar terrenos que mejoren estas instalaciones, aunque los avances han sido lentos.

A pesar de contar con una seguridad eficiente gracias a la cercanía del CAI Kennedy, el consumo de sustancias psicoactivas persiste en algunos puntos del barrio, lo que preocupa a los residentes. Con todas estas dificultades, Claveriano se destaca por sus buenas vías de acceso, transporte público eficiente y un fuerte sentido de comunidad entre sus habitantes. Los vecinos insisten en la necesidad de que las autoridades locales presten mayor atención para finalizar las obras pendientes, mejorar el alumbrado público y garantizar espacios seguros para niños y jóvenes.

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