El pasado 21 de mayo una rama destrozó el techo del salón comunal del barrio Arenales Campestre. Desde entonces, los miembros de la comunidad han llamado a distintas entidades para reconstruir las instalaciones.
Las ramas fueron despejadas en su mayoría por el cuerpo de bomberos bajo la petición de orden del alcalde, Campo Elías Ramírez. Y gracias a una póliza que posee la junta de acción comunal, lograron gestionar el préstamo de seis millones trescientos mil pesos.
Dinero que se sumó a dos millones de pesos adicionales que estaban bajo concepto de ahorro.
Por lo que con ese dinero se pusieron ‘manos a la obra’ una vez más, debido que el lugar ya ha sido reconstruido en más de dos ocasiones debido a los constantes estragos que provocan dos árboles de 15 metros.
Desde agosto de 2023, se había reportado el riesgo de los árboles enfermos en la zona a la administración municipal, sin embargo fue hasta que el daño se ocasionó que avanzó la gestión de el permiso y contrato de poda.
El kiosko, ubicado en la 29 con calle 11B, era el lugar en el que se realizaban de los cumpleaños, navidades, aniversarios y distintas actividades que reunían a la comunidad. Pero, cuando el espacio pasó a ser propiedad del municipio, los habitantes comenzaron a vivir un ‘limbo’ que dejó como resultado el abandono total del lugar.
Aún así, los habitantes del sector se han esforzado por hacer que este pueda ser un lugar autosostenible.
Jorge Eliécer Plazas, presidente de la junta de acción comunal del sector, informó que “esta semana tendremos una reunión importante para adelantar la poda del árbol que destruyó el techo del salón”. También, recibieron el compromiso de poda de alrededores por parte de las cuadrillas de limpieza del municipio.
Plazas, fue quien estuvo al pendiente de la reconstrucción y dio a conocer que el pago del valor de la póliza se solventa gracias al alquiler del espacio a algunas iglesias del municipio.
Eso sí, el líder comunal argumenta que “habilitar de nuevo el alcantarillado del lugar no sólo nos ayudará para que la comunidad pueda alquilarlo en sus eventos especiales, sino que también es una necesidad porque en ese kiosko es donde niños y adultos mayores reciben sus talleres, por lo que un baño es lo mínimo que necesitan”.
Con el techo remodelado y a nada de que se pode el individuo arbóreo enfermo, los habitantes del sector hacen el llamado a que se le eche un ‘ojo’ a la posibilidad de volver a tener agua en su lugar de reuniones.