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Vuelve y juega: cese de actividades en puntos de atención del Icbf de Santander

Operadoras de todo Santander están disconformes con las condiciones laborales y contractuales con el Icbf y cesaron actividades el pasado jueves 7 de noviembre.

Más de 10 centros zonales de Santander del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, cesaron sus actividades el pasado jueves debido a grandes fallas de infraestructura y condiciones laborales. 

Cerca de 370 funcionarios dieron a conocer su descontento por el incumplimiento en los contratos, malas condiciones laborales y la falta de atención de calidad para los menores de edad.

“Tenemos fallas en la infraestructura de varios centros zonales que literalmente se está cayendo. Tiene riesgo de colapso y nosotros atendemos usuarios así. No contamos con el personal suficiente para la gran cantidad de niños en condiciones vulnerable”, denunció Cenia Leal, nutricionista del centro zonal Carlos Lleras Restrepo de Bucaramanga.

Esta movilización también se da a nivel nacional, ya que los operarios coinciden en las problemáticas de atención a la población vulnerable. Teniendo en cuenta que hace un mes ya había protestado durante dos días.

“En este momento la situación en Santander es crítica porque tenemos cambio de directores regionales. Cinco en menos de un año y medio. Eso ha hecho que los retrocesos o los procesos sean totalmente pausados y que no haya avances en la gestión”, agregó Leal.

Le recomendamos leer: Madres comunitarias de Girón quieren menos demoras y más contratos.

Debido a la contingencia y el cese de actividades la secretaria de Desarrollo Social de Santander, Marisol Pinzón Sierra, dijo que la Gobernación de Santander está al frente del caso para defender los derechos de los niños que vienen siendo vulnerados.

“Mientras se pueda superar todos los hechos que han conllevado al cese actividades es necesario que las comisarías y personerías activen la ruta”, manifestó la funcionaria.

Los grandes afectados de estas situaciones con los niños y niñas porque durante meses han sido retirados de los centros zonales y no hay dónde ubicarlos debido a la falta de cupos.

 Incluso cerraron el centro de atención especializado para temas de responsabilidad penal para adolescentes y todos esos chicos están regados por el país.

Con presencia de la Defensoría del Pueblo y la coordinadora regional del ICBF, ayer viernes iniciaron una mesa de negociación con los trabajadores de 11 centros zonales del departamento que se declararon en paro.

Problemas desde marzo

En marzo de este año, Q’hubo conoció los distintos problemas que están atravesando las madres beneficiarias y trabajadores de los hogares de bienestar a lo largo del Área Metropolitana de Bucaramanga. 

Para el dos de marzo iniciaron las protestas de docentes y madres comunitarias de los Centros de Desarrollo Infantil de Piedecuesta y Floridablanca se manifestaron porque no han podido acceder al servicio desde el año pasado. 

11 son centros zonales del Icbf que entraron en paro y corresponden al área metropolitana de Bucaramanga y municipios como Málaga, Vélez, San Gil y Socorro.

María Cristina Londoño, agente educativa de CDI Camino a Belén de Piedecuesta, señaló que 427 niños de dos a cinco años estaban sin atención por la demoras de los contratos con los operarios. 

Este es el contexto de la noticia: Protestaron por el servicio de más de 400 niños en Piedecuesta.

Del mismo modo,desde las afueras del CDI Ana María Álvarez sede A, en el barrio El Palenque de Girón, distintas madres beneficiarias del programa manifestaron su preocupación por la falta de respuestas y soluciones. 

“El año pasado nos comentaron que en octubre se finalizaba el contrato, pero nunca nos imaginamos que las puertas se iban a cerrar indefinidamente, de haberlo sabido se hubiera buscado cupo en otro lugar” Eddy Millán, representante padres de familia del CDI de El Palenque.

Así terminó la situación de El Palenque. Anexo: Esta zonal sí logró la renovación de sus servicios hasta final de año, de ahí en adelante es una incógnita. 

En ambos casos la denuncia tenía un factor en común: contratos excesivamente cortos y demorados, lo que desencadenaba una ausencia del servicio. Y con el final de año asomándose a la ‘vuelta de a esquina’, es más que probable que hayan más protestas por la renovación de contratos, las cuales no duran más de tres meses. 

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