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Las obras de recuperación de la malla vial llegaron a las comunas 11 y 17 de Bucaramanga

La capital santandereana cuenta con 499 kilómetros de vías y se busca tapar la mayor cantidad de huecos, que afectan la malla vial.

Las máquinas de pavimentación y reparcheo se situaron esta semana en la comuna 11 y 17 de Bucaramanga, donde comenzó la intervención de la malla vial.  

Para Óscar Pérez Villamizar, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio El Rocío, el sector tenía 12 años sin un metro de asfalto y ahora, con el adoquinado, el cambio se comenzó a notar.

“Era una intervención que se pedía a gritos. Llevábamos años solicitando esta intervención, hoy se nos dio. El pavimento ya cumplió su vida útil y ahora se está cambiando por concreto rígido”, explicó el líder comunal.

Una de estos trabajos se adelanta en la calle 104A entre carreras 16A y carrera 17 del barrio El Rocío donde 100 metros cuadrados se aplican en concreto rígido.

Llegaron al Diamante

Otro de los sectores donde también hay ‘nuevos pisos’ es en el barrio Diamante. Las obras son ejecutadas en la Transversal 31 con calle 105.

“Había necesidad de hacerle mantenimiento a la vía, porque se estaba hundiendo. Por fin se acordaron, gracias a Dios. Desde hace más de 30 años no se le metía la mano. Entonces muy bueno que se vean los impuestos que pagamos”, dijo Luis Monsalve, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Diamante I.

El líder comunal agregó que esta obra, sin lugar a dudas, mejorará el tránsito por el principal corredor vial del barrio en mención.

En la actualidad, también se intensifican las acciones en sectores como Provenza, Hacienda San Juan, Terrazas, Los Colorados. Villa Rosa, Esperanza II y San Rafael.

La atención en puntos críticos de las vías irá hasta diciembre próximo.

Puertas que se abren al trabajo

Con la ejecución de diversos proyectos de infraestructura, uno de ellos, el de la malla vial, también se generan 45 mil empleos. Es el caso de Richard Rodríguez, obrero del consorcio CD Bucaramanga, que a pesar de estar al rayo del sol, tiene un trabajo estable. “Me he beneficiado con esto. Anteriormente trabajaba con la economía informal, con una venta de dulces y el ingreso no era lo suficiente. El consorcio me abrió las puertas, gracias a Dios, para solventar los gastos. Acá seguiré hasta que culminen las obras”.

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