De nuevo la ‘Gorda’ de Botero es víctima del irrespeto y de la falta de cultura ciudadana. Personas inescrupulosas, en el marco de la marcha contra el feminicidio, pintaron esa importante escultura.
La obra, que está en el Parque San Pío desde hace cerca de catorce años, les costó a los bumangueses $ 2.500 millones y, al menos durante su última restauración, se le invirtieron más de $ 200 millones.
Aunque inicialmente se conocieron fotografías de los daños y marcas de pintura en el pedestal de la escultura, se divulgaron nuevas imágenes en las que se aprecian mensajes de protesta en la estructura de bronce.
Ante esta situación, el monumento fue limpiado por parte del personal de la Administración Municipal y la comunidad de este sector.
“Nuestros funcionarios de la Alcaldía de Bucaramanga salieron temprano a limpiar la escultura del maestro Fernando Botero, y la misma comunidad se unió en la labor de dejarla como nueva”, dijo el alcalde de la capital santandereana, Jaime Andrés Beltrán Martínez, en su cuenta de X.
Una de las críticas a los hechos de vandalismo es que el monumento había sido restaurado a finales del año pasado, por parte de la Alcaldía de Bucaramanga, a través del Instituto Municipal de Cultura y Turismo, Imct.
Precisamente, desde esa entidad expresaron su rechazo por el daño al patrimonio cultural de la ciudad.
“Reconocemos la valía de la protesta pacífica, pero rechazamos de manera contundente el deterioro y la afectación a nuestro patrimonio cultural”, dijeron los voceros del Imct.
La importancia de la obra
Esta obra, titulada ‘Mujer de Pie Desnuda’, fue comprada en el año 2010 por el Municipio de Bucaramanga y había sido objeto de arreglos recientemente.
Esta es una escultura original, la cual fue elaborada con la técnica de bronce patinado y sus dimensiones aproximadas son 355 por 163 por 143 cms. Su peso es de 1.000 kgs.
La obra fue traída a Bucaramanga desde Pietra Santa, Italia, lugar donde el desaparecido maestro Fernando Botero tenía sus talleres de fundición.
En su nueva reparación, según expertos, se calcula que será necesario un presupuesto cercano a los $ 20 millones.
Lamentablemente, no es la primera vez que atentan de esta forma contra esta obra. La escultura ha sido objeto de ataques por parte de manifestantes, quienes se han camuflado en las marchas públicas y han embadurnado este monumento de pintura y golpes, entre otros destrozos.
El propio Ministerio Nacional de Cultura rechazó estas acciones, sobre todo los daños causados específicamente en tres grandes esculturas de la capital santandereana.
Es decir, la Cartera Ministerial hizo alusión no solo La ‘Gorda’ de Botero, también al ‘Monumento Ecuestre del Libertador Simón Bolívar’, en la glorieta de la UIS; y el ‘Camino de las Hormigas’, en la entrada a la Autopista, por los lados del Intercambiador de la Puerta del Sol.
Atentado al patrimonio cultural
Para el arquitecto e historiador, Antonio José Díaz Ardila, “si bien las marchas de protesta son formas legítimas de expresar opiniones y demandas por parte de la sociedad civil; cuando se atenta contra esculturas u otros bienes públicos durante una manifestación, se está dañando el patrimonio cultural y artístico de una ciudad”.
“Se respetan las manifestaciones sociales, pero también se rechazan categóricamente los actos que arruinan escenarios artísticos como el aquí referenciado”, añadió.
“Nada justifica el daño a la ‘Gorda’ de Botero ni a otras obras,
ni a la propiedad pública o privada, mucho menos cuando se pone en riesgo la integridad física de la ciudadanía”.
“Sin duda esta es la escultura más importante de la ciudad y en pocos años se ha convertido en un punto de referencia y un orgullo para los ciudadanos. Muchas personas, con poca o nula educación y sin capacidad de hacer propuestas, consideran que agredirla e incluso destruirla les ayuda a llamar la atención. Es una enorme tristeza ese odio por los valores de la sociedad”, afirmó.
“Es importante recordar que atentar contra esculturas u otros bienes públicos no solo afecta el patrimonio cultural de una comunidad, sino que también puede tener consecuencias legales para quienes participan en estos actos. Es fundamental buscar formas constructivas de manifestar descontento o protestar, para no poner en riesgo el legado cultural de una sociedad”, puntualizó.
