Una familia de escasos recursos vive un drama que ha afectado la calidad de vida de Luis Carlos Quintero, quien quedó con una discapacidad tras una herida en su espalda que impactó su médula espinal, y por ende, su movilidad. Ahora le hace falta una silla de ruedas para poder mejorar su condición.
El pasado diciembre ocurrió una tragedia para la familia Quintero Bustamante. Luis Carlos Quintero, de 33 años, fue víctima de un atentado en el que cual sufrió tres heridas. Una de ellas fue en la espalda y afectó directamente la médula espinal, lo que provocó que sufiera una parálisis de sus extremidades inferiores.
La escasez de recursos de esta familia no permite que el cuidado de Luis Carlos sea el más adecuado. De hecho, uno de sus vecinos es quien se encarga de acompañarlo de forma permanente para que él pueda hacer sus tareas diarias.
Nadie más de su núcleo familiar puede hacerse cargo pues sus padres son adultos mayores y uno de ellos está en prisión, su hermano cuenta con una parálisis desde los tres años y su hermana tiene problemas con el consumo de estupefacientes.
Además, mantiene una sonda permanente para hacer sus necesidades. Su madre, de 72 años, afirma que no cuentan con el dinero para comprar una nueva, por lo que dicho dispositivo se llena por completo y al no poder cambiarlo, puede llegar a ser perjudicial. Jaime Monroy, su vecino de toda la vida, cuenta que tampoco tienen la posibilidad de comprar cremas, pañales o demás medicamentos necesarios para evitar el deterioro de su salud.
Incluso, su alimentación y la de toda su familia es mínima, pues pasan los días comiendo arroz con lentejas. Monroy dice que hay ocasiones en las que no es posible poner platos de comida sobre su mesa.
El quedarse acostado tanto tiempo produjo también la creación de escaras en su parte trasera, por lo que ahora Luis Carlos cuenta con una gran herida que no ha sanado, y por ende, no podrá ser remitido a la cirugía de médula que necesita hasta que esta no desaparezca.
“Esa herida no ha sanado bien. Lleva meses con ella, hasta le ha dado fiebre por la infección que desarrolló al no tener cremas o antibióticos para poder tratarlo”, manifiesta Monroy.
Luis Carlos Quintero se transporta en una silla de ruedas que está oxidada y no cuenta con frenos ni almohadilla. Para ir al médico debe atravesar cerca de 20 cuadras, y este medio complica su movilidad.
Esta familia vive en una invasión de Girón, a orillas del río de Oro, por lo que es complejo sacarlo de su casa. Monroy manifiesta que esto es posible con la ayuda de más vecinos pues la zona es inestable y difícil de transitar.
Debido a la falta de dinero, no han podido comprar una nueva y adecuada silla para su necesidad, por lo que piden a la ciudadanía la colaboración con el fin de poder solventar este problema que ha afectado su calidad de vida en los últimos meses.
A Luis Carlos también le hace falta ropa, una cama, antibióticos, sondas, cremas para quemaduras e incluso comida. Si desea aportar en su situación, comuníquese con Jaime Monroy a través del número de celular 318 425 1848.