“Las plantas son agradecidas, son seres que necesitan tiempo y atención. Con eso florecen sí o sí” afirma confiadamente Wilber Ocanto Cordero, padre cuidador de las más de 1.000 especies que alberga el vivero La Españolita de Piedecuesta.
Los días en este oficio consisten en revisar cómo se encuentra cada matera, suelo y ramas de los cientos de vidas vegetales.
Una industria en auge
A nivel mundial, “el consumo de plantas vivas es muy grande, creció con la pandemia y las oportunidades todavía están por desarrollarse”, aseguró Jairo Cadavid Ossa, presidente de la Asociación colombiana de viveristas (Colviveros).
A raíz de la tendencia verde, una planta se ha convertido en el regalo ideal porque hay de todas las formas, colores y tamaños. Por ejemplo, una de las plantas decorativas más comercializadas son las buganvilias, más conocidas como los trinitarios, cuyo valor ronda las 12 mil pesos hasta los 18 mil pesos.
En temporada de diciembre y enero, la poinsettia es definida como la flor por excelencia para decorar desde fincas hasta los balcones de los apartamentos debido a su tamaño práctico y su tonalidad roja intensa.
La moda del bonsai
El bonsai es una disciplina que consiste en cultivar árboles y arbustos en macetas mientras se controlan sus dimensiones por medio de técnicas como el trasplante, la poda, el alambrado o el pinzado, de forma tal que se mantengan de un tamaño mucho menor al que alcanzarían en circunstancias naturales.
El valor de un árbol miniatura depende de la edad de este. En el vivero piedecuestano hay especímenes entre los 70 mil pesos hasta los 450 mil pesos, puede encontrar arbolitos adornados por buganvilias, durantas, hojas en punta u hojas redondas. El secreto de los bonsáis es controlar la longitud de sus raíces.
El mercado nacional viverista es estimado en unos 180 mil millones de pesos y, las exportaciones, de plantas vivas y follajes, en 20 millones de dólares. No obstante, el segmento está creciendo y se calcula que podría llegar a los 60 millones de dólares anuales por un oficio que consiste en germinar vidas verdes.
Tip viverista
El secreto para que una planta ornamental goce siempre de buena salud es el abono y cada cuanto este se cambia. “Los nutrientes y propiedades con los que se alimentan están en la tierra. Por eso, cuando haya periodos de tiempo prolongados sin un cambio de abono, la planta tiende a debilitarse hasta que se seca” revela Wilber Ocanto, viverista con 8 años de experiencia.
Un abono de excelente rendimiento es el que utilizan en La Españolita. Se compone de carbón, estiércol de caballo, tierra negra, tamo de arroz y cal. Es recomendable que el abono de las plantas de ornamentación se renueve cada 6 meses.