Estos festivales fueron una iniciativa del gobierno del alcalde Juan Carlos Cárdenas con el propósito de hacer que ‘la bonita’ sea reconocida a nivel nacional por su multiplicidad de sabores y una gran cantidad de propuestas.
Según el informe Observatorio de Turismo en Bucaramanga (ediciones 1, 2 y 3), en términos generales, las llegadas de visitantes internacionales han alcanzado el 80% de los niveles previos a la pandemia durante el primer trimestre de 2023; en estos tres meses, aproximadamente 235 millones de turistas realizaron viajes internacionales, más del doble que en el mismo periodo de 2022. Y aunque las cifras fueron recogidas de los distintos puntos de información, es innegable que los festivales gastronómicos se convirtieron en parte fundamental a la hora de responder: “¿que hay para hacer sin tener que pagar entrada?”.
No solo es el turismo global sino nacional, entre julio y septiembre del presente año se reflejó un total de 2.338 visitantes nacionales en este trimestre en los cuatro puntos disponibles de la ciudad. Un punto fijo en la ciudad, siempre era el que se alojaba en cada festival.
Además de la recepción de visitantes y el impulso a los emprendimientos locales, estos eventos también ayudaron a visibilizar proyectos más que interesantes como ‘Ande las plazas’, el cual daba a conocer el patrimonio alimentario popular de la ciudad.
Entonces, la pregunta que más de un ciudadano se hacía en los stands del Festival Sabores de San Francisco, es ¿continuarán estos espacios en la siguiente administración?
La respuesta no es certera, mientras se alivian asperezas entre saliente y entrante, y mientras se depura lo malo, la ausencia de respuestas por lo positivo en materia de cultura y turismo es una incógnita en materia presupuestal y, claramente, propositivo.
De momento, el piloto que trajo 30 stands coloridos, diversas actividades culturales y shows de música, cumplió con lo que prometía: 12 horas diarias de entretenimiento familiar y 20 fines de semana para saciar el hambre.
