Aprovechar los momentos y saber cómo poder ganarse unos pesos, esa es la idea de un grupo de venezolanos, que desde hace varios años está en la ciudad y con el hoy reconocido, mercado campesino, vieron una oportunidad para que su emprendimiento saliera a flote.
Carlos Durán es uno de ellos y lleva cuatro años en Bucaramanga.
Junto a su esposa y otro grupo de personas, desde hace dos meses se sitúan en varios parques de la ciudad, con el propósito de emprender su ‘rebusque’ y ganarse la vida trabajando.
“Lo vimos como una oferta de trabajo, le compramos directamente al campesino y nos ubicamos en algunos parques para comercializar el producto”.
Éstos son traídos de Lebrija y San Vicente de Chucurí y desde hace dos meses nos levantamos a las 3:00 de la mañana, hacemos el pedido y después de las 5:00 a.m., llegamos a trabajar”, sostiene Carlos, quien se ubica en el parque Las Palmas y su esposa trabaja en el San Pío.
Y es que la dificultad de conseguir un trabajo estable continúa subiendo, pero las ganas y el impulso por promover espacios como estos, cada día se aplauden más por la comunidad.
“Sí queremos salir adelante, le toca a uno mismo ponerse la meta. Yo trabajaba en una empresa de textil en Venezuela, pero allá todo se acabó; un salario mensual no te alcanzaba para una semana de vida, pero eso emprendimos camino a Colombia”.
“Hoy queremos, junto a mi esposa es estar bien acá en esta país que nos abrió las puertas y ella poder terminar su carrera de enfermería y el propósito mío es conseguir un trabajo estable o crecer en este proyecto; lo que Dios decida para nosotros”, dijo este emprendedor, quien luego de una venta, coge su cuaderno y anota, para llamar y pedir más surtido.