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Mario Castillo Blanco, el médico que se volvió zapatero en Bucaramanga

Mario Alberto Castillo Blanco, un reconocido médico anestesiólogo - intensivista de Bucaramanga, tomó las riendas de la zapatería familiar que estuvo en peligro de cerrar sus puertas por la pandemia del COVID-19.

En los picos más altos de la pandemia del COVID-19, cuando Santander permanecía en aislamiento preventivo obligatorio como medida sanitaria, Mario Alberto Castillo Blanco se mantenía ‘al frente del cañón’ con el cuidado crítico y la terapia Ecmo de los pacientes con mayor riesgo de muerte que a diario llegaban a la Fundación Cardiovascular de Colombia por causa de esta enfermedad infecciosa.

Mario Castillo es un médico santandereano egresado de la Universidad Industrial de Santander que cuenta con especializaciones en Anestesiología y Reanimación, Medicina Crítica y Cuidado Intensivo, Nutrición Clínica, ECMO VAD, Docencia Universitaria y Gerencia de Servicios de Salud. También es instructor de reanimación básica y avanzada y Train the trainers en Ecmo. Actualmente se encuentra cursando una maestría en métodos para la producción y aplicación de conocimiento científico en salud y fue coordinador nacional de la sección de nutrición en el paciente crítico AMCI.

Su amplia experiencia lo llevó a liderar durante la pandemia la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo como presidente en la regional Santander. Los momentos altos y bajos que atravesó el personal de la salud en la región, mientras los reportes diarios de personas contagiadas y fallecidas no eran alentadores, permanecen en la memoria del doctor Mario.

“Todo el mundo entregó toda su vocación e hicimos lo mejor que pudimos. En realidad, pudimos rescatar a mucha gente que con nuestras terapias avanzadas, en otras situaciones no se hubieran podido salvar”, afirmó Castillo, quien gracias a sus estudios especializados en Ecmo, la sigla en inglés de oxigenación por membrana extracorpórea, pacientes de Santander y algunas partes de Colombia pudieron combatir su patología pulmonar en medio de la enfermedad de COVID-19.

Marcia Guerrero es la gerente de Castillo Blanco Store y esposa del doctor Mario Castillo Blanco. FOTO: MARCO VALENCIA

Fiel a sus raíces

El doctor Mario Castillo Blanco creció en el seno de una familia en Floridablanca y, desde 1984, fecha de su nacimiento, conoció el mundo de la zapatería gracias a sus padres Mario Castillo y Olga Blanco, quienes llevan más de cuarenta años fabricando calzado para mujeres y niñas en Santander.

“Es para mí un honor saber que gracias al trabajo de ellos y el esfuerzo que desde jóvenes han hecho, yo he podido ser profesional y llegar hasta la posición donde me encuentro”, afirma el doctor Castillo, quien recuerda el momento de quiebre que vivió la empresa familiar por la pandemia.

En medio del confinamiento, mientras Mario Castillo salvaba vidas en un hospital, la zapatería familiar, que en ese entonces llevaba el nombre de Mil Colores, ‘moría’.

Sus padres plantearon como alternativa liquidar la empresa debido a que las condiciones para sostenerla eran cada vez más complicadas en medio de la cuarentena.

“Con toda la nostalgia que yo veía, un proceso de toda una vida, de ellos dos luchando por crear una empresa, por mantenerse, me vi en la obligación de intervenir en la empresa”.

Fue entonces cuando el ‘doc’ se ‘puso en los zapatos’ de quienes dependían de esta empresa y decidió ‘dar pasos’ firmes para rescatar la tradición familiar.

La pandemia, contrario a convertirse en la ‘piedra en el zapato’, fortaleció el ‘Castillo’. Son cerca de 15 las familias que se benefician de manera directa con la fábrica de zapatos liderada por este ‘salvador de vidas’… Y muchas más de manera indirecta.

Entre cueros, sintéticos, agujas, máquinas, tacones, colores, herrajes y muchos otros materiales, Castillo Blanco Store, nombre actual de la fábrica que antes se llamaba De Mil Colores, fabrica cientos de pares de zapatos al mes, muchos de los cuales son exportados a varios países de Latinoamérica y Centroamérica.

Castillo Blanco Store también maneja trabajos a la medida de sus clientes. “Se toman las tallas, se llevan a la fábrica para hacer el pedido y al otro día o a los dos días se les entrega el estilo que querían”, cuenta el ‘doc’.

Respecto a la relación entre ser anestesiólogo y zapatero, el doctor Mario Alberto señala que son dos vocaciones en las que siempre se debe entregar el 100%, tanto para los pacientes que están bajo su cuidado y ahora en el liderazgo de Castillo Blanco Store, su empresa familiar.

‘Zapatero a sus zapatos’, reza el adagio popular… pero en esta historia es distinto: ‘médico a sus zapatos’.

Olga Blanco es la madre del doctor Mario Castillo. Ella es la jefe de personal en Castillo Blanco Store. FOTO: MARCO VALENCIA

De Mil Colores a Castillo Blanco Store
En este nuevo capítulo de la zapatería familiar, el doctor Mario Alberto quería que los apellidos de sus padres estuviesen presentes en un castillo blanco, marca que actualmente identifica a la empresa como la insignia de una pareja de esposos que sacaron adelante a su familia con la fabricación de zapatos para mujeres y niñas.

Actualmente, Castillo Blanco Store cuenta con puntos físicos en Bucaramanga y Ocaña, al igual que su fábrica ubicada en San Francisco. En Instagram aparecen como @castilloblanco_store. La meta de esta familia santandereana es ser mucho más reconocidos en esta industria a nivel nacional e internacional.

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