A los lavamanos no les llega agua, algunas luminarias no encienden, las rejillas de los desagües están sueltas, las mallas de la cancha de fútbol ya están rotas, hay desperfectos en las baterías sanitarias del área administrativa, la pintura deja mucho qué desear, las chapas de las puertas no están ajustadas, la cancha múltiple quedó sin la debida demarcación de sus áreas, en fin…
Las anteriores son sólo algunos de los 43 reparos que le encontró la comunidad educativa del Instituto Técnico Superior ‘Dámaso Zapata’ a la obra de remodelación de este importante plantel de Bucaramanga, cuya primera fase ya fue entregada.
En general, los trabajos en esta institución, situada en la calle 10 con carrera 28, no tienen nada satisfechos a los directivos, ni a los docentes, ni a los estudiantes, ni a los padres de familia, ni mucho menos a los egresados. La voz de inconformidad fue ratificada por el propio rector del plantel, José Joaquín Claros Méndez.
Según el directivo, “son muchos los reparos que tenemos de esta obra. Estamos muy preocupados por las deficiencias de la primera fase de la restauración y por las otras etapas del proyecto, las cuales no estarían garantizadas”.
Vale recordar que el proyecto estuvo diseñado de la siguiente manera: primera etapa, arreglos de la zona deportiva, de las áreas administrativas y las de bienestar; segunda etapa, construcción del nuevo teatro, talleres de electricidad y electrónica, entre otras aulas; y tercera etapa, adecuación de la fachada.
En general, los miembros de la comunidad educativa denunciaron un supuesto “incumplimiento de los diseños que estaban programados para el colegio”.
Ellos cuestionaron el hecho de que “se demolieran edificios que eran claves para la formación de los jóvenes y, al parecer, no se restablecerán”.
Los miembros de la Asociación de Egresados del ‘Tecnológico’ informaron que “en la primera fase de la obra se detectan demasiadas irregularidades que, dejan en entredicho la calidad de la ejecución del proyecto, sobre todo de los materiales utilizados”.
“Además, es incierta la segunda fase de restauración, que consiste en la construcción del auditorio que demolieron, así como del de taller de la especialidad de electricidad, electrónica y emprendimiento, más la construcción de otras aulas”.
Y agregaron: “el principal problema que se presenta en estos momentos es que no hay recursos para la construcción del auditorio y de los salones que demolieron”.
Responde la Alcaldía
Iván José Vargas Cárdenas, secretario de Infraestructura del Municipio, respondió que “la primera fase del ‘Tecnológico’ ya la terminamos y empezamos toda la fase de urbanismo. Logramos demoler una edificación muy vieja, que sí será reemplazada”.
Informó que “en la próxima fase y en próximas semanas iremos al Concejo para que nos aprueban un préstamo y dejar este nuevo edificio en curso”.
Precisó que él mismo convocó a una mesa de trabajo con toda la comunidad educativa para aclarar todas estas dudas. Tal reunión se hará el próximo miércoles, 26 de abril, a partir de las 7:00 a.m., en la propia sede del plantel. Allí resolveremos todas las inquietudes sobre esta primera fase del proyecto de restauración”.
En la jornada, además de los voceros de la comunidad educativa, estarán los representantes de la Contraloría Municipal, de la Personería Local y del Concejo de Bucaramanga”.
LA HISTORIA DEL COLEGIO
Este 2023 se conmemoran los 135 años de este emblemático colegio. Vale recordar que la institución educativa nació como plantel mediante la Ley 14 del 4 de enero de 1887. Sin embargo, fue el 13 de abril de 1.888 cuando les abrió sus puertas a los jóvenes de la época que, en ese entonces, ingresaron a la Escuela de Artes y Oficios.
El 30 de noviembre de 1891 la reciente institución entregó a la sociedad su primera promoción de diez bachilleres, graduados en herrería, carpintería, guarnición y zapatería.
Durante la guerra de los Mil Días y con la crisis económica del país, la institución cerró sus puertas hasta el año 1912.
A su regreso, en 1941, el plantel tomó el nombre de Instituto Industrial ‘Dámaso Zapata’, en memoria del maestro que formó con sabiduría a miles de personas y quien fundamentó con su ideología la cátedra en los colegios del país.
Durante ese año, se creó el bachillerato técnico. El recorrido por el arte y la ciencia llevó a egresados y directivos a lo más sobresaliente de la academia de la época. Esta destacada formación técnica y humana dio paso a la creación de la UIS. En 1951, la educación fue tomada por los hermanos Lasallistas, quienes fueron la base moral para formar bachilleres en especializaciones como electrónica, instrumentación, termotecnia y topografía.
Más tarde, hacia los años 70, se creó las especializaciones de mecánica, electricidad y dibujo técnico.
De igual forma, en sus instalaciones nacieron en 1963, las Unidades Tecnológicas de Santander, UTS, que más tarde se trasladaron a la Ciudadela Real de Minas.
Los hermanos Lasallistas se retiraron del colegio en el año 2008, y el servicio pasó a ser administrado por el Gobierno Municipal, que dispuso personal docente.
Con más de un siglo de gloria, miles de egresados comparten sus conocimientos. Uno de sus egresados, el alcalde Juan Carlos Cárdenas Rey, graduado en 1981, fue quien decidió emprender las referidas obras de remodelación.
En el papel, además de la modernización de la infraestructura del plantel, se cree que contará con paneles solares y jardines verticales.