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Manuela Beltrán, un barrio marcado por su lucha y evolución

Un barrio tranquilo, amañador y ganador del premio cívico en dos ocasiones; así se conoce a Manuela Beltrán, ubicado en la comuna 11 de Bucaramanga. Q’hubo lo visitó y pudo hablar con sus habitantes.

Álvaro Tapias tiene 41 años de estar viviendo en el barrio Manuela Beltrán. Quien mejor que él, que fue uno de los pioneros, para retroceder en el tiempo y así conocer la historia de este sector de la comuna 11 de Bucaramanga.

Cuenta que la Central Nacional Provivienda comenzó a darle vida al proyecto de ese entonces los ‘destechados’.

“Era una necesidad para unir a varios núcleos familiares de la ciudad. Con la llegada de la Central Nacional Provivienda se forja el barrio. Muchas personas comenzaron un ahorro colectivo para negociar el predio”.

“En ese entonces la cuota inicial por terreno eran $12 mil y de 120 pesos mensuales. Manuela Beltrán nace el 4 de abril de 1982. Se hace una gran asamblea y recuerdo que se hizo el sorteo en un gran bazar con los adjudicatarios de los lotes; previamente con un plano urbanístico que ya se tenía. Así comenzamos la solución de vivienda, pagándola a cuotas”, comenta Álvaro.

Manuela Beltrán tuvo en sus inicios 222 familias que comenzaron a vivir en este entorno, en una primer etapa. Luego fueron 248 en la segunda y así se logró conformar el barrio, con espacios deportivos, culturales y de educación; grandes áreas de desarrollo comunitario.

“El barrio jamás fue una invasión, fue el esfuerzo colectivo de muchas personas que necesitaban la solución de vivienda”.

“Sus alrededores eran unas tabacaleras, habían unas viviendas del barrio Las Delicias Altas y del barrio Malpaso. El Toledo Plata era un club hípico de la Policía y en sus alrededores eran caballerizas. Dangond nace a la par de Manuela Beltrán. Así se fue conformando esta comuna”, concluye Álvaro.

La gran familia del barrio hoy cuenta con más de 4.500 habitantes, cinco hogares de Bienestar Familiar, la escuela Yira Castro, hoy sede C del Inem, un restaurante escolar, una gran cancha de microfútbol, la biblioteca Juan Barajas, en homenaje a uno de los fundadores del barrio y mucha naturaleza y vegetación en sus alrededores.

En su historia, Manuela Beltrán se ha ganado dos premios al barrio más cívico, logro que la ha catapultado para ser reconocida como uno de los vivideros de mayor comodidad en Bucaramanga.

Su presente

El barrio hoy en día conserva su tradición. Tres vías importantes y decenas de peatonales que tienen arborización muy cerca de sus viviendas.

Kioscos, gimnasios al aire libre, comercio y un frente de seguridad que le brinda protección a sus habitantes.

“Hemos creado una alerta para que los habitantes sientan tranquilidad. Una alarma que nos tiene atentos a cualquier peligro y aleja a la delincuencia de nuestro entorno. Además, Diego Parada, es el coordinador del frente de seguridad que trabaja de la mano con la comunidad.  

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