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Arranca proyecto para descontaminar el río Fonce ¿Qué tanto se recuperará?

Tras la prueba piloto, el proyecto presentado por la Fundación Universitaria de San Gil, con el apoyo de otras universidades y entidades, tendrá recursos para que se aplique en cinco puntos de vertimientos, disminuyendo así la contaminación del río.

Los buenos resultados de la prueba piloto para reducir la contaminación del río Fonce que se implementó entre 2021 y 2022 permitieron la aprobación de un proyecto que facilitará la adaptación de la tecnología de cavitación por vórtice en nuevos puntos de vertimientos de aguas residuales.

La Fundación Universitaria de San Gil, Unisangil, presentó la iniciativa que tendrá una duración de 18 meses y una inversión de $2.300 millones, de los que $1.600 millones provienen del Sistema General de Regalías. Los recursos restantes serán aportados de diferentes formas por las entidades vinculadas al proceso: Universidad Santo Tomás, Universidad Autónoma de Santander, Universidad de Santander, Alcaldía de San Gil, Corporación Autónoma de Santander (CAS) y Cámara de Comercio de Bucaramanga.

Wilson Gamboa, director del departamento de investigación de Unisangil, explicó tras confirmar los resultados del modelo de prueba que se instaló en el vertimiento de aguas residuales ubicado cerca al puente Bernardo Gómez Silva, que se estructuró el nuevo proyecto que contará con la participación de otras tres universidades, quienes desde sus equipos de investigaciones ayudarán a potenciar la eficacia del dispositivo.

Aunque el sistema de cavitación por vórtice no reemplaza una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, PTAR, con los resultados hasta ahora obtenidos y que esperan mejorar, Gamboa confía en que en algunos años con el apoyo interinstitucional se pueden instalar estratégicamente sistemas modulares que eviten la contaminación bacteriana y microbiológica del río Fonce.

Inicialmente se tiene planeado que los equipos de descontaminación sean instalados en cinco puntos diferentes. Uno que atienda el vertimiento de lixiviados que llegan desde los rellenos sanitarios, en este caso el de Acuasan; en una planta de tratamiento de aguas residuales y entre las opciones están las de Curití, Valle de San José y Barichara; en un beneficiadero de café en Charalá: el frigorífico de Villanueva y uno de los vertimientos de aguas residuales de San Gil.

Frank Vargas, investigador principal del proyecto y docente de Unisangil, explicó que con la prueba piloto se logró una reducción entre un 64% y 74% de coliformes y lo más importante es que después de pasar por el cavitador hubo una reducción del 84% en la generación bacteriana.

El agua que llega de las tuberías residenciales y comerciales directamente al río tiene diferentes contaminantes como sólidos suspendidos, materia orgánica y concentración de coliformes. Estos últimos son básicamente bacterias y los que se buscan eliminar con el proyecto,

Vargas puntualizó en que, si bien el río Fonce por sus características ha demostrado tener gran capacidad de autorecuperación y limpieza, este no es capaz de liberarse de la carga microbacteriana y esa es la importancia de la tecnología aplicada.

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