La cosa pinta así: los ”Sugar Daddies’ principalmente son hombres de negocios con redes de contacto impresionantes y que siempre tienen algo que hacer y que buscan una Baby para ser sus mentores, según cuenta Philip Cappelletti, CEO y cofundador de la aplicación MySugarDaddy.
Y parece un cuento de hadas. Comercial claro está.
“Algo muy importante y que desde MySugarDaddy buscamos respetar y mantener es la figura del ‘Sugar Daddy’. Ser esta figura no es para todos los hombres, es cuestión de poder adquisitivo, exclusividad y estilo de vida”, afirma el directivo.
Pero, ¿en realidad es así? Según lo cuenta un ‘Sugar Daddy’ parece que sí.
“Yo no estaba en búsqueda de ser un ‘Sugar Daddy’ y jamás lo había pensado. Sin embargo, fue a raíz de la pandemia de COVID-19 (en 2020) que por casualidad conocí la aplicación… Encontré las típicas aplicaciones de citas, pero ya había estado activo en alguna ocasión y no tuve una experiencia positiva. Así que, el tema de ‘Sugar Dating’ capturó mi atención”, así lo explicó Carlos*, usuario activo de la plataforma y abogado de profesión.
“Hice una pequeña investigación sobre el tema, y decidí probar suerte. Debo decir que es una manera de relación que me ha gustado mucho y que sobre todo se adecua a mis gustos, tiempos y estilo de vida. A lo largo de estos años he tenido dos ‘Sugar Babies’, ambas mexicanas. Para mi sorpresa, encontré a dos chicas muy maduras y con muchas ambiciones. A la primera la apoyé a llevar a cabo un emprendimiento con el cual sé que sigue (dejamos la relación porque ella comenzó una relación estable) y a mi ‘Baby’ actual la ayudo con el pago de la universidad”, agregó.
ara Carlos*, “cada pareja debe llegar a acuerdos. En realidad, en este tipo de relaciones, al menos dentro del sitio de ‘MySugarDaddy’, nada sucede si no hay consenso previo. Por ejemplo, para mí sí es importante poder tener relaciones íntimas con mi ‘Baby’, pero ojo, eso lo dijimos desde un principio y ambos estamos bien con ello. En una ocasión, conocí a otra ‘Baby’ que me dijo que ella ha tenido ‘Daddies’ que le habían dicho que ellos no querían relaciones íntimas y todo se limitaba a acompañarlos a eventos o viajes de negocios”, agregó el Sugar Daddy.
Bueno, los hombres quienes ponen las condiciones.
Para muchas personas, lo que Carlos* cuenta puede sonar bien, pero para psicóloga Ambar Ardila, lo cierto es que este tipo de relaciones son realmente un autoengaño: “Muchas pensarán que me equivoco y lo verán como un nuevo estilo de empoderamiento donde el fin justifica los medios (alcanzar una profesión universitaria, vivir la vida que sus padres no pueden costear ni disfrutar) para no aceptar la dura realidad y es que es sólo un estilo de prostitución que te aísla de la familia, que implica distorsionar la realidad cuando te sientes usada, poco valorada y despersonalizada”.
Y añade que este tipo de tratos “deja profundas secuelas psicológicas que llevan a distorsiones de la personalidad y a vivir de glorias pasadas cuando ya no formas parte del ‘target’, cuando te acostumbraste a conseguirlo todo fácil y al instante, lo que será muy frustrante y devastador cuando ya no sea así y la vida se sienta completamente vacía y sin logros propios de los cuales aferrarnos para seguir adelante”.
EL TESTIMONIO
“Yo no estaba en búsqueda de ser un ‘Sugar Daddy’y jamás lo había pensado. Sin embargo, fue a raíz de la pandemia del COVID-19 (en 2020) que por casualidad conocí la aplicación… Encontré las típicas aplicaciones de citas, pero ya había estado activo en alguna ocasión y no tuve una experiencia positiva. Así que, el tema de ‘Sugar Dating’ capturó mi atención”, así lo explica Carlos, usuario activo de la plataforma y abogado de profesión. “Hice una pequeña investigación sobre el tema, y decidí probar suerte. Debo decir que es una manera de relación que me ha gustado mucho y que sobre todo se adecua a mis gustos, tiempos y estilo de vida. A lo largo de estos años he tenido dos ‘Sugar Babies’, ambas mexicanas. Para mi sorpresa, encontré a dos chicas muy maduras y con muchas ambiciones. A la primera la apoyé a llevar a cabo un emprendimiento con el cual sé que sigue (dejamos la relación porque ella comenzó una relación estable) y a mi ‘Baby’ actual la ayudo con el pago de la universidad”, agrega. Para Carlos, “cada pareja debe llegar a acuerdos. En realidad, en este tipo de relaciones, al menos dentro del sitio MySugarDaddy, nada sucede si no hay consenso previo. Por ejemplo, para mí sí es importante poder tener relaciones íntimas con mi ‘Baby’, pero ojo, eso lo dijimos desde un principio y ambos estamos bien con ello. En una ocasión, conocí a otra ‘Baby’ que me dijo que ella ha tenido ‘Daddies’ que le habían dicho que ellos no querían relaciones íntimas y todo se limitaba a acompañarlos a eventos o viajes de negocios”, anota el abogado colombiano.
Bueno, los hombres quienes ponen las condiciones.
Para muchas personas, lo que Carlos* cuenta puede sonar bien, pero para psicóloga Ambar Ardila, lo cierto es que este tipo de relaciones son realmente un autoengaño: “muchas pensarán que me equivoco y lo verán como un nuevo estilo de empoderamiento donde el fin justifica los medios (alcanzar una profesión universitaria, vivir la vida que sus padres no pueden costear ni disfrutar) para no aceptar la dura realidad y es que es sólo un estilo de prostitución que te aísla de la familia, que implica distorsionar la realidad cuando te sientes usada, poco valorada y despersonalizada”.
Y advierte que este tipo de tratos “deja profundas secuelas psicológicas que llevan a distorsiones de la personalidad y a vivir de glorias pasadas cuando ya no formas parte del ‘target’, cuando te acostumbraste a conseguirlo todo fácil y al instante, lo que será muy frustrante y devastador cuando ya no sea así y la vida se sienta completamente vacía y sin logros propios de los cuales aferrarnos para seguir adelante”.