Desde el 1 de mayo de 2018, el padre Luis Javier Mantilla Rodríguez llegó a la Parroquia Señor de la Misericordia, ubicada en el barrio Colorados al norte de Bucaramanga.
Sus labores como párroco empiezan desde muy temprano en la mañana cuando visita las 16 veredas que hacen parte de este barrio para ofrecer la eucaristía, compartir un tinto, una charla y demás sacramentos del catolicismo.
Luego, a partir de las 2:30 de la tarde, personas del barrio Colorados llegan a la Parroquia para confesarse con el padre Javier y recibir su ayuda. “Me he dado cuenta que la mayoría de las personas, más que confesión, necesitan ser escuchadas”, sostiene el sacerdote, quien además de brindar un acompañamiento espiritual, se caracteriza por ser todo oídos a las necesidades que los habitantes de este barrio al norte de la ciudad requieren solventar y hacer todo lo que está a su alcance.
El padre Javier tiene 43 años de edad, es oriundo de Girón y lleva 18 como sacerdote, luego de terminar sus estudios en Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Floridablanca.
“Esta zona es muy estigmatizada porque fue declarada como zona roja, solamente la parte de Colorados”, comenta el padre Javier, quien a pesar del imaginario que se tiene de este barrio, él lo describe como un lugar lleno de gente querida y amable.
Antes de ser el párroco de Colorados, el padre Javier estuvo en Lagos del Cacique y se desempeñó como vicario parroquial en la Sagrada Familia, donde muchas personas lo conocieron y dieron fe de su credibilidad al momento de hacer obras sociales.
Además de la guía espiritual, el padre Javier entrega mercados, ayuda a comprar cilindros de gas, pagar arriendos y también aportar con productos de aseo, como pañales, cremas y pañitos, a personas que padecen de cáncer en Colorados.
Si desea hacer un aporte a la Parroquia Señor de la Misericordia, puede comunicarse al 6738115 o al 3214706892.
Durante la pandemia, el padre Javier, junto a varias mujeres de Bucaramanga dispuestas a ayudar a los demás, entregaron 85 tablets para que los más pequeños de Colorados pudieran estudiar.
“Hay familias que me envían mensualmente 50 mercaditos, incluso desde la pandemia, todavía se mantiene”, dice el padre Javier, quien además de su actitud de servicio, cuenta con personas ubicadas alrededor de la ciudad que apoyan su labor en un barrio con bastantes necesidades como Colorados.
“La gente viene es porque algo se lleva. Puede que yo no logre solventarle todo, pero algo se lleva”, sostiene el padre Javier, quien afirma que todo aporte que él logra hacer es con cariño y amor.
Grupo juvenil ‘Renacer’
El padre Javier cuenta con un grupo juvenil en la parroquia de Colorados al que asisten 38 jóvenes, quienes encontraron en este espacio un lugar seguro para hablar de sus problemas, ser autónomos, hacer amigos, participar de las convivencias y demás actividades juveniles que ofrece la Iglesia Católica en el norte.
“Estos jóvenes son muy receptivos, les encanta trabajar, hacer actividades. Disfrutan de llegar al grupo juvenil”, cuenta el padre Javier, quien afirma que estos jóvenes nombraron este grupo como ‘Renacer’, pues consideran que este espacio les dio una nueva perspectiva de la vida a pesar de sus situaciones familiares.
“Mucha gente que está detrás con su oración, con su ofrenda, con sus ayudas, han permitido que podamos brindarles las mejores posibilidades de aliviar algo”, cuenta este padre ‘buena papa’, el párroco de Colorados.
