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La historia del santandereano que se coronó campeón nacional de Aeromodelismo

Un apasionado por la aviación encontró en las aeronaves a escala su pasión. Luego de 20 años de sacrificio logró coronarse como campeón nacional de aeromodelismo.

Por: Milton Velosa

Erwin Albeiro Balaguera Quintana tiene 39 años y es oriundo de Málaga, Santander. Él recuerda que durante su infancia, cada vez que escuchaba el sonido de un avión, corría hasta el balcón de su casa para ver esos ‘pájaros de acero’ aproximarse a la pista del aeropuerto Jerónimo de Aguayo del municipio.

El gusto por los aviones creció. Un día, por casualidad, estaba de compras en un Sanandresito y vio una aeronave a control remoto. En ese momento, confiesa, se enamoró.

El joven se interesó por el tema y averiguó que en el Anillo Vial de Floridablanca volaban aviones a escala. Acudió al lugar y eso marcó su vida. Desde el 2002 se unió al Club de Aeromodelismo de Bucaramanga.

Sin embargo, la falta de pericia y las ansias de volar hicieron que su primera experiencia no fuera la mejor.

“La primer aeronave a escala que volé fue una Nexstar con un motor 61, impulsada a nitrometano. Estaba volándola y me invadieron los nervios. Perdí el mando y la estrellé. Desde entonces aprendí a tener mucha paciencia y cuidado para no desilusionarme”.

Entre sus decisiones estuvieron la de buscar un tutor que lo guiara durante su preparación. Comenzó a practicar en un simulador de vuelo, aprendió los movimientos reales de un avión, y se preparó para volver a ponerse frente al mando de otra aeronave.

Ya con el entrenamiento, Erwin se lanzó nuevamente a la aventura de volar. Se convirtió en piloto, entre otros, de un Avistar, un Mustang P51, un Thundebolt P47, una Cirrus 22T y un R-V-4 con motores entre nitrometano y gasolina.

El camino a la ‘gloria’

Junto con el Club de Aeromodelismo de Bucaramanga, el año anterior Erwin asistió como espectador a un campeonato nacional que se adelantó en Bogotá.

“Viajé para conocer cómo se desarrollaba el evento. Vi cómo mi compañero de Club, Julio García, volaba su avión junto a los mejores. En ese momento sentí que tenía las habilidades para participar y estar entre los primeros lugares”, expresó.

Al regresar a Bucaramanga, el hombre les contó a sus amigos la intención de prepararse para la competencia de 2022. Ellos le dieron ‘luz verde’, se organizaron. Balaguera buscó el plan de vuelo y se entrenó mes a mes para estar a punto para la competencia.

Para asumir el reto, en conjunto con el Club de Aeromodelismo, el piloto decidió importar una aeronave desde Estados Unidos, una Cessna 182T versión ARF en escala 1,5 con motor de nitrometano. Esta fue ensamblada posteriormente en Bucaramanga. Entrenó cerca de seis meses con ella.

El Día ‘D’

El Campeonato Nacional de Aeromodelismo tuvo como escenario, este año, la pista del aeródromo de Zapatoca. El evento se adelantó desde el 15 hasta el 17 de octubre pasados.

Erwin participó en la categoría ARF, en inglés Almost Ready To Fly, que significa casi listo para volar. Se enfrentó a cerca de 15 rivales de los más destacados de Bogotá, Barranquilla y Cali.

“Los jueces realizaron una evaluación estética en la que analizaron que el avión fuera muy parecido a lo que yo había presentado, y luego indagaron sobre el historial de la misma. Presenté el plan de vuelo con 10 maniobras, cinco obligatorias y las restantes cinco escogidas. Nos ubicamos en la pista, delante de los jueces junto con mi ‘copiloto’ e iniciamos con el vuelo”, explicó el ‘capitán’ de la Cessna.

Mientras su compañero, Julio García, les iba indicando a los evaluadores el inicio y fin de las maniobras, Erwin se concentró en que se ejecutaran de una manera impecable.

Arrancó con el despegue, un sobrepaso y un descenso 360 grados y desarrolló las restantes siete maniobras. Fueron tres vuelos en los que se sometieron a las pruebas descritas en el plan.

De acuerdo con la tabla de calificación, su Cessna fue evaluado en la prueba estática con una puntuación de 1.000 y en el promedio de los vuelos obtuvo 763, para un total de 1.763, que le bastó para quedarse con el primer lugar de su categoría y coronarse campeón nacional.

Para Balaguera, el trabajo en equipo y la hermandad del Club fueron claves para lograr el triunfo. Pese a que Medellín y Bogotá son fuertes en el aeromodelismo, se logró traer el título para Bucaramanga.

El triunfo de este piloto se lo dedicó a su hijo Jesús David, de 12 años de edad, que vive en Manizales y le sigue sus pasos en este hobbie. Desde los cuatro años practica el aeromodelismo y le confesó a su padre que quiere hacer parte de la Fuerza Aérea de Colombia.

“Mi sueño es seguir compitiendo en los torneos nacionales, seguir dejando en alto el nombre de Santander y del Club de Aeromodelismo de Bucaramanga. Quiero algún día participar en Estados Unidos en la competencia de Top Gun y representar al país”, sentenció el campeón.

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