Mauricio Celis Pinto está convencido de la necesidad de cambiarle la mala fama al conductor de taxi, es por esto que ha decidido autodenominarse conductor profesional del poder ‘amarillo’.
El término -taxista-, para él, encarna cualidades negativas que la misma sociedad le ha dado a esta profesión. Sin embargo, la acción de Celis no termina solo cambiándole el nombre a su oficio. Este ‘amarillo’ ha diseñado todo un protocolo para demostrar que los conductores de servicio público son personas honestas, leales y sobre todo, respetuosas.
Al entrar al vehículo de este ‘profesional del volante’, el ciudadano podrá encontrar diferentes elementos que, usualmente, no hay en un taxi convencional. El objeto que más llama la atención del cliente es un cartelito que está colgado detrás del asiento del copiloto.
Este anuncio reza la siguiente frase: “La alegría de un precio bajo no recompensa la amargura de una mala calidad”.
Seguido de esto, el cartel le anuncia una serie de reglas que debe asumir el pasajero en el transcurso del viaje. La mayoría recaen en el buen trato, evitando frases que puedan agredir al conductor.
Un modelo que gusta
Según Celis, este anuncio se ha llevado más halagos que el mismo servicio. “El pasajero me felicita. Me dice: excelente, qué buena idea”, contó.
Pero esto no es todo. Este ‘amarillo’ ha contagiado de su buena energía y educación a más conductores del gremio. De hecho, Mauricio tiene un grupo en WhatsApp con el nombre ‘Solo Movilidad’, al que pertenecen ya 248 ‘amarillos’.
En este grupo, todos se comprometen a asumir lo que Celis llama ‘la urbanidad de Carreño’, que se resume en: evitar malas palabras, saludar siempre y dirigirse con respeto al otro.
Estos conductores se comunican sólo a través de audios, pues otros lenguajes como ‘emojis’, ‘memes’ o ‘stickers’ están totalmente prohibidos, pues este ‘grupal’ también tiene el objetivo de ser un chat organizado en el que el conductor pueda sacar provecho de la información que le brindan sus colegas.
Tienen sus propios códigos que resumen una noticia importante, como un accidente, o un compañero en peligro. “Nosotros nos ayudamos entre todos, y los compañeros están felices de pertenecer a este grupal, porque se diferencia de los otros grupos de taxistas que llegan a ser vulgares u ofensivos”, dijo Celis.
Con esta bonita iniciativa, este ‘amarillo’ quiere enaltecer este oficio y brindarles el mejor servicio a sus pasajeros, para que elijan el transporte legal sobre el informal.
La unidad de servicio y su oficina
Para Mauricio Celis, el taxi es una unidad de servicio junto con su conductor. Por lo que ha asumido su vehículo como su propia oficina. De modo que, en su interior cuenta con elementos claves como: una calculadora, un GPS- diferente al celular-, dos cajas de pañuelos, una cámara y un reloj. Este ‘amarillo’ instaló su propio sistema de seguridad: una cámara que, según él, le ha servido para entregar a los clientes sus objetos perdidos, pues en la filmación quedan las pruebas.
Al contrario de lo que uno creería, Celis señala que a los pasajeros sí les gusta que este elemento haga parte del taxi, “se sienten más seguros”, argumentó.