La tragedia ocurrió el pasado lunes 8 de agosto. Sucedió mientras Leidy Viviana Rotavista transitaba en compañía de su progenitora y de su pequeña hija de tres meses por un deteriorado puente colgante, que comunicaba a los asentamientos Río de Oro y Brisas del Prado de Girón con la vía a Chimitá.
Las tres mujeres caminaban por la estructura, que por 24 años fue la única vía de comunicación con Bucaramanga. La mamá de Leidy Viviana cargaba a su nieta cuando el viento comenzó a azotar con fuerza las guayas y la madera desgastada que servía como piso.
La madre de la bebé narró que “íbamos caminando normalmente cuando de pronto pisamos una tabla podrida, que se partió por la mitad. Ella cayó de rodillas y se sostuvo como pudo del puente, pero la niña se resbaló. Cayó…”. La menor de edad sufrió una caída de cerca de 10 metros.
La niña impactó sobre la tierra que arrastra el agua. Un vigilante que estaba en la zona se percató de lo que ocurría y corrió a levantar a la menor. Otra habitante de la zona la tomó en sus brazos y nuevamente fue necesario subir al puente, atravesarlo para llegar a la vía a Chimitá y buscar un carro para trasladarla junto a sus familiares.
Leidy Rotavista recordó que “como pudimos la llevamos de urgencia hasta el Hospital del Norte, donde le prestaron la atención primaria. Luego tuvieron que trasladarla hacia el Hospital Universitario de Santander para que fuera valorada por especialistas”.
Ya en manos de un neurólogo, se determinó que la bebé sufrió una fractura de cráneo y que tuvo un sangrado, que, por fortuna, no afectó su cerebro. Luego de algunos días, la niña fue dada de alta, pero tiene que tomar medicamentos para evitar convulsiones y asistir de manera periódica al especialista para analizar su evolución.