Hace dos años, Sonia Arango fue diagnosticada con dengue, según las pruebas realizadas; sin embargo, los síntomas se complicaron a medida en que pasaba el tiempo. Además, aparecieron nuevas señales en sus extremidades, situación que alarmó de inmediato a la mujer, pues las anomalías presentadas, al parecer, no correspondían a dicho diagnóstico.
Fue así como decidió someterse a una nueva valoración, cuyos resultados arrojaron otro rumbo, un poco más complejo e inesperado: Esclerosis múltiple.
“La verdad fue bastante difícil. Pensé mucho en mis hijos, en mi vida laboral y en mi vida personal. Realmente fue difícil y aceptarlo fue bastante complejo”, indicó Arango.
Desde que tuvo conocimiento de lo que padece, la paciente inició un tratamiento que consiste en la aplicación de medicamento mensual, terapias físicas, psicoterapéuticas y ocupacionales, e incluso, días de hospitalización.
“Con ella hicimos un abordaje inicialmente en la parte hospitalaria para tratar esos síntomas de forma aguda y que tomaran cada vez un menor tiempo en recuperarse. Ha tenido una muy buena evolución, no ha tenido unas recaídas significativas y en este momento ella tiene el control sobre su enfermedad”, dijo el doctor Ramiro Trillos, neurólogo del Hospital Internacional de Colombia.
Enfermedad sin cura
La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria y neurodegenerativa del cerebro y la médula que puede provocar algún tipo de discapacidad. Afecta la coordinación, la memoria, la sensibilidad, la vista, el habla, e incluso, la función de diversos órganos del cuerpo.
Aunque las causas no son claras, podría darse por dos circunstancias: la unión entre los factores ambientales y una predisposición genética.
Esta no tiene cura, pero cuenta con tratamientos que la controlan y ayudan a llevar una mejor calidad de vida a quienes la padecen.
Identifique las señales de alerta
Según estudios, son variables los síntomas que dan indicios de padecer esta enfermedad. El doctor Trillos indicó que hay tres que aparecen como los más comunes. Conózcalos:
- Visión borrosa, la cual se distingue por ser como una nube que va creciendo. También puede asociarse a que hay dolor con el movimiento del ojo y además de ello, una menor percepción del color.
- El paciente puede presentar una sensación constante de mareo, y además, inestabilidad para caminar.
- Alteración de la fuerza, que, aunque no es súbita, se asocia a la sensación de adormecimiento, problemas en el control de la orina y/o de las deposiciones.
Estas señales generalmente pueden prolongarse más de 24 horas y suelen ir y venir. Por tal razón, los médicos
recomiendan consultar en instituciones especializadas para recibir los estudios adecuados y conocer cuál podría ser el tratamiento apropiado para su condición.