Él fue un hombre enamorado de la historia de su natal Bucaramanga y se convirtió en un destacado relator de las memorias que construyeron nuestro diario acontecer.
Gavassa Villamizar nació en Bucaramanga, como él mismo recordaba, el jueves 25 de enero de 1940, en el hogar formado por Rafael Gavassa Villamizar y Beatriz Villamizar Bautista.
Hizo sus estudios de primaria en el Liceo del Divino Niño y adelantó la secundaria en el Colegio San Pedro Claver y en la Escuela Nacional de Comercio. En sus épocas de estudiante colaboró con las publicaciones de ‘Horizontes’, órgano estudiantil del Colegio De Santander.
En 1961 viajó a Estados Unidos para perfeccionar el inglés y luego se formó como periodista en la Universidad de Boston, tras una beca que le fue otorgada por la Sociedad Interamericana de Prensa.
Luego estudió Idiomas y Literatura en la Escuela de Lenguas de la Universidad de Harvard. Fue docente de periodismo de la Universidad Javeriana de Bogotá y asistió becado por la OEA al Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para América Latina, en Quito.
También fue profesor adjunto ‘Honoris Causa’ de la Escuela Argentina de Periodismo.Su buena pluma lo llevó, en la década de los años 60, a ser redactor de la página internacional de El Tiempo, de Bogotá, y además a ser miembro del Colegio de Periodistas de Bogotá.
También fue director de la Página Literaria del matutino El Deber. En nuestro diario llevaba más de 30 años con su columna editorial, llena de miles de acontecimientos del pasado y del presente de nuestra ciudad. Era fuente obligada de periodistas que acudían a él, a su memoria y a su gran conocimiento del ayer.
En 1969 fue secretario privado de la Gobernación de Santander.
En varios periodos ocupó la Presidencia de la Sociedad de Mejoras Públicas, también fue director de Acopi, ejerció la Sindicatura del Asilo San Rafael y fue Miembro de Número de la Academia de Historia de Santander y durante cinco períodos consecutivos fue su Presidente. También fue Miembro Correspondiente de estas Academias: Colombiana de Historia, la de Cartagena de Indias y la del Instituto San Martiniano de la República Dominicana, entre otras.
Trabajó y editó varias ediciones de uno de sus libros más destacados, el cual tituló: ‘Quién es quién en Santander’, una reseña con más de 500 personajes, algunos más reconocidos que otros, pero todos con la característica común de trabajar por el bien del departamento y del país. Para él y en sus palabras, «cada persona tiene un rol fundamental en la vida, y es importante destacarlas porque muchas veces sus buenas acciones quedan inéditas. Tenemos muchos científicos, inventores (…) y es importante que la sociedad sepa quiénes son y qué están haciendo”.
Él, con su vida y su gran pluma y memoria, es uno de esos escritores insignes, que pasará de manera literal en la historia por saber plasmar en letras de molde el pasado de nuestra ciudad y de nuestra gente. De hecho, en su trasegar como periodista e historiador, publicó más libros, siempre en procura de que nuestro devenir no quedara sepultado por el polvo del olvido.
Así, por ejemplo, su primera obra, Fotografía italiana de Quintilio Gavassa (Papelería América Editorial, Bucaramanga, 1982), recogió imágenes de la vieja Bucaramanga, complementadas con valiosos textos informativos complementarios.
Hace cinco años, en acto solemne que se llevó a cabo en la Casa de Bolívar, sede de la Academia de Historia de Santander, enriqueció una vez más la bibliografía santandereana con la presentación de un libro de su autoría, con el que exaltó la memoria de los facultativos que hicieron y siguen escribiendo con sus vidas la historia de la Medicina en este nuestro terruño después de haber un día pronunciado, con la emoción del graduando, el Juramento Hipocrático. Lo tituló así: ‘La Salud en Bucaramanga’.
Su pasión por contar las crónicas de esta ciudad nunca se detuvo. Recibió varias condecoraciones, entre ellas la ‘Orden al Mérito Histórico’, y la de los ‘Cien Años de la Academia de Historia de Santander’.
También Vanguardia le entregó condecoraciones por su mérito profesional, su labor periodística y su columna editorial.A su esposa, Emma Cortés de Gavassa; a sus hijos, Silvana, Ana Milena, Adriana y Giovanni Gavassa Cortés, les enviamos nuestras más sentidas voces de condolencia.