El Chicamocha es considerado el segundo cañón más grande del mundo con una extensión de más de 108.000 hectáreas y cerca de 2.000 metros de profundidad.
En este territorio conviven desde la ceiba barrigona hasta el colibrí ventricastaño y lo rodean cerca de 11 municipios con una vasta cultura que hacen de este lugar un firme candidato a recibir la denominación de la Unesco como geoparque mundial.
Para llegar a lograr este reconocimiento, el cañón debe surtir cerca de tres fases que van desde la conformación de un expediente que reúne las mejores características de lugar hasta visitas de expertos internacionales que considerarán si la cuna del río Chicamocha puede ser reconocida mundialmente.
En tal sentido, el gerente del proyecto Cañón del Chicamocha geoparque Unesco, José Raúl Moreno, afirmó que “tenemos unas condiciones geográficas y biológicas que ya están verificadas y un acervo cultural bastante amplio que está comprobado a lo largo del tiempo”.